Joe Crepúsculo muestra en su nuevo álbum su vocación por el juego
Singular como siempre en su mezcla de tendencias, de ritmos latinos al bakalao, como se vio en el himno que creó para Podemos, Joe Crepúsculo presenta estos días el octavo álbum de su carrera, una reflexión sobre la pervivencia del disco como formato y, conforme a su experiencia, también sobre la crítica.
En Disco duro (El Volcán/Ópalo Negro), que sale a la venta hoy, la exposición a la crítica está presente desde el primer corte, Te voy a pinchar, un tema con múltiples lecturas, en línea con su gusto por el juego.
Un juego que prosigue en los siguientes cortes, merced a un discurso de contrastes "tanto por temáticas como por sonidos", que reflexiona sobre la vigencia y sentido actual del disco en los tiempos de YouTube y Spotify, "cuando lo que más se escucha son canciones". "Igual sería más inteligente, como hacen los raperos, lanzar mixtapes o singles, pero a mí me gusta el disco como formato", aclara este artista, llamado Joël Iriarte (San Juan Despí, Barcelona, 1981).
De hecho, Crepúsculo concibe cada uno de sus trabajos como una entidad global, desde la parte musical a la gráfica, que en este caso corre a cargo de Setanta. "No hay dos canciones iguales, pero creo que es el álbum en el que todo está remando más en una misma dirección", opina.
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