Jorge Drexler, un compulsivo jugador de póker
El cantante debuta como actor en la película 'La suerte en tus manos'
El cantautor uruguayo Jorge Drexler debuta como actor en el octavo largometraje del director argentino Daniel Burman La suerte en tus manos, con Uriel, un personaje con el que le costó empatizar, "verborrágico, jugador, mentiroso compulsivo y alérgico al compromiso" que le ha dado muchas satisfacciones.
Drexler, que ya había trabajado con Burman en 2008 como compositor de la música de El nido vacío, aceptó el trabajo después de leer el guión, que fue premiado en el festival neoyorquino de Tribeca.
"Escribe tan bien Burman", dijo el actor y músico tras la proyección de la película en el Festival de Málaga, donde compite por la Biznaga de Oro, última película a concurso, cuyo ganador se conocerá hoy.
"El personaje de Uriel era muy atractivo, con esa tendencia compulsiva a mentir, muy obsesionado con sus propios dilemas interiores, descontento con quien es y todo el tiempo como camino de algo -explicó el uruguayo-, salvo en la mesa de póker, que es donde se asienta".
Compañero de la también actriz y cantante Leonor Watling, quien le aconsejó que fuera al rodaje a "pasarlo bien", porque estaba convencida de que le iba a encantar, Drexler se preparó con unas cuantas sesiones con la profesora de actores (y madre de Juan Diego y María Botto), Cristina Rota.
Drexler, humilde, se pregunta qué le vería Burman para elegirle, si bien compone un retrato del compulsivo Uriel tan creíble como natural, al que no se echa en falta la formación artística.
"Cuando peor lo pasé -contó Drexler- fue en la mesa de póker, con los jugadores que no te perdían la mirada, que no eran actores profesionales, y no querían perder ni en la ficción", dijo entre risas.
Como actor, confesó, "soy lo que me devuelve el que tengo enfrente", y se mostró por ello más que agradecido a sus compañeros de reparto Valeria Bertuccelli, Luis Brandini y Norma Aleandro, y confesó que tuvo que ensayar mucho el acento argentino por le salían "uruguayadas".
También explicó que le costó empatizar con este hombre "tan frío con sus hijos, casi repelente, muy verborrágico, que nunca ha tomado las riendas de su vida" que, si bien está en las antípodas de lo que es Drexler, "tiene algo de Burman, como todos sus personajes".
"Hay mucha continuidad en este Uriel con los protagonistas de El abrazo partido, Esperando al mesías o Derecho a familia, que es mi favorita", dijo Drexler, que se aprovechó del modo en que Burman interioriza sus personajes para pedirle que le recitara las escenas, lo que le sirvió de guía. Y como persona, añadió, "fue una experiencia increíble. A los veinte años de sacar discos, tener la oportunidad de cambiar".
Pero Drexler se tomó muy en serio su trabajo de actor y, según explica, se cortó las uñas de la mano derecha (la de rasgar la guitarra) por primera vez desde los 15 años, "como un ritual para dejar de ser yo durante esos meses". Y añade que de ese modo evitó, específicamente, que la cinta tuviera cualquier referencia, siquiera en broma, "a que yo tuviera relación con la música".
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