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Jorge Sanz, el lado serio y responsable de la pareja de 'Descalzos por el Parque'

  • La obra habla sobre los obstáculos de una pareja de recién casados en la convivencia

Con un final feliz más que predecible, Descalzos por el parque se presentó ayer en el Isabel la Católica con muchas otras incógnitas que desvelar sobre la mezcla a veces explosiva de amor y convivencia. Hoy repite a las 19.30 y a las 22.30 horas.

El difícil equilibrio entre seriedad y locura, personificadas en los papeles de dos enamorados, supone un punto de desencuentro que hace de la obra una deliciosa comedia con toques de humor ágil e inteligente. Con Jorge Sanz, Rosa Baladeras, Magüi Mira, Álvaro Roig y Fermí Herrero, el director Pep Anton Gómez adapta la obra del genio de la comedia de Broadway Neil Simon, que más tarde se convertiría en un clásico del cine con Robert Reford y Jane Fonda.

Descalzos por el parque habla de una pareja de recién casados a la que se le acaba la magia tras una dulce luna de miel por culpa de un sexto pequeño piso sin ascensor y otras cosas de la vida cotidiana que termina con la armonía del principio. Como cuenta Jorge Sanz, "es una historia con la que todo el mundo puede sentirse identificado".

Una elegante historia, "de rabiosa actualidad", que desde el principio ya contaba con las bendiciones de su 'primera' etapa teatral en 1963, cuando fue estrenada en Broadway, aunque sea más conocida por su adaptación al cine cinco años después. Para Sanz, "cuenta con una carpintería teatral de manual, buenísima, y unos diálogos brillantes. Es una comedia muy bien estructurada que da gusto hacerla, una joya de función".

"Yo soy", dice el actor, "el señor rectitud. Un abogado joven, conservador y responsable que no se atreve a hacer más que lo preestablecido, que cuando llega a casa lo único que quiere es estar tranquilo y poder seguir estudiando. Mi mujer es todo lo contrario, una alocada viva la vida que lo único que quiere de la vida es pasárselo bien".

Cuando chocan, todo comienza a resentirse de una forma muy divertida, contando además con la presencia de una suegra quejica, una mujer chapada a la antigua a la que se le ha ido la hija y que termina enamorándose del maduro vecino de arriba.

Para recuperar la magia, la pareja no tendrá más que "ponerle muchas ganas" para que la historia vuelva a funcionar.

"El amor y la convivencia siempre necesitan un poco de ayuda porque siempre se van a presentar obstáculos", como dice el actor.

La obra, para el actor, probaría eso de que los polos opuestos se atraen. "Es un poco la demostración de que el amor puede funcionar desde la diferencia, a pesar de los obstáculos, de los pisos caros, de los caracteres diferentes".

Para todos los públicos, Descalzos por el parque funciona en todas las edades entre el público porque los jóvenes comparten los problemas de la convivencia en la pareja y los mayores ven en la obra que es posible redescubrir el amor, con el personaje de la suegra.

En definitiva, una obra muy amable y agradable, pero sobre todo optimista. Como propone Jorge Sanz, "a veces hay que hacer locuras y divertirse; hay que quitarse los zapatos, salirse del camino establecido y andar descalzos por el parque".

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