Juan Carlos Garvayo: "Las cartas de Diego Hurtado de Mendoza son mejores que una novela"

Juan Carlos Garvayo, músico

El fundador del Trío Arbós es el director de Música del Sur que arranca este sábado y termina con el estreno de una ópera dedicada al diplomático con libreto de Antonio Carvajal y música Héctor Eliel Márquez

Juan Carlos Garvayo, director del Festival Música Sur de Motril.
Juan Carlos Garvayo, director del Festival Música Sur de Motril. / R. G.
Belen Rico

Granada, 24 de septiembre 2022 - 05:00

El motrileño Juan Carlos Garvayo, catedrático de Música de Cámara del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y miembro fundador del Trío Arbós, acarició durante un tiempo la idea de crear un festival en su ciudad natal. Fue en 2008 cuando por fin tomó cuerpo su proyecto en forma de Música Sur, que diversas interrupciones inicia este fin de semana su décima edición.

-Para este aniversario redondo el Festival Música del Sur producirá y estrenará la ópera Don Diego de Granada. La fascinante figura del diplomático y poeta granadino es el tema de esta propuesta del compositor Héctor Eliel Márquez y del poeta y libretista Antonio Carvajal. ¿Cómo surgió este proyecto?

-Ya estaba en camino. Héctor recibió el libreto en 2004 de manos de Antonio Carvajal. Entonces musicó parte, y lo retomó hace un par de años, en 2020. Yo me enteré que estaba ahí y no tenía ningún destino, que estaban trabajando en ello por el placer de hacerlo. Como no había estreno previsto, decidí quedármelo para el Festival Música Sur y hacer una producción propia. Era un poco arriesgado pero ha quedado muy bien, el equipo de profesionales es estupendo y lo esperamos con muchas ganas porque va a ser una ópera preciosa sobre un personaje fascinante.

-La figura de Diego Hurtado de Mendoza no es muy conocida por el gran público pero, ¿cúal es la excepcionalidad de su trayectoria para que resulte una tan atractiva?

-Fue hijo del Conde de Tendilla, Capitán General del Reino de Granada. Cuando nació tenía su residencia en la Alhambra y a lo largo de su vida fue militar, historiador, poeta, diplomático, políglota, bibliófilo... Formó una biblioteca inmensa que fue a parar al Escorial. Ese es precisamente el proceso que sale en la ópera, esa relación con los libros y con Felipe II. Era una persona excepcional que hablaba griego, latín, hebreo, árabe... Escribió ese libro magnífico de la Guerra de Granada, además de manera muy crítica con el poder establecido. También se le atribuye la autoría del Lazarillo de Tormes. Era conocidísimo en todas las cortes europeas en las que se paseó. Estuvo en el Concilio de Trento... Estaba leyéndome sus cartas y son mejores que una novela.

-¿Dónde pone el foco Antonio Carvajal?

-Diego Hurtado de Mendoza trabajó como embajador en Londres, en Venecia y en Roma. Fue gobernador en Siena y ahí tiene unos pleitos por una serie de gastos que le reprocha el nuevo rey -Felipe II, no Carlos V con el que había trabajado sin incidentes-. Ese proceso dura muchísimos años y se salda con la entrega de su biblioteca al monarca. Él considera que eso no es acorde a los actos que ha realizado a lo largo de su vida y ese es todo el meollo de la ópera.

-¿Cómo se estructura el episodio en escena?

-La ópera tiene lugar en dos jornadas: una en 1571 y otra en 1574. En la primera, un Hurtado de Mendoza arruinado, de salud quebrada, recibe la visita de un emisario de Felipe II en un contexto que tiene la guerra granadina como telón de fondo. El veedor del rey le pide las cuentas de los 4.000 ducados que adeuda a la Corona por los gastos derivados de su labor diplomática en Italia. En la segunda, vuelve el veedor y Diego Hurtado de Mendoza resuelve nombrar heredero de sus bienes a Felipe II, lo que incluye su increíble biblioteca.

-Es una historia crepuscular.

-Hay un sabor agridulce. Las acciones que llevó a cabo como político en época de Carlos V se ven de forma totalmente distinta en época de Felipe II. Él lucha contra esa contracción: "Antes éramos héroes y ahora somos delincuentes". Es una ópera muy de tensión psicológica que se desarrolla en una estancia: su biblioteca. Ahí se reúnen los cuatro personajes Don Diego, el veedor, y dos criadas de origen morisco.

-Esta ópera cerrará la décima edición, que arranca este sábado con del Cuarteto Kadinsky, residente en Viena y entre cuyos miembros se encuentra el chelista granadino Antonio Gervilla, y también con la actuación del Trío Arbós. ¿Cómo ha crecido el proyecto Música del Sur en estos diez años?

-De manera un poco irregular. Desde 2011 hasta 2015 no se hizo el Festival y se retomó en 2016. No son diez ediciones consecutivas sino de facto. Al principio estábamos asociados a los actos conmemorativos del centenario del Puerto de Motril y poco a poco fuimos tomando autonomía. Hasta que nos encontramos con una serie de dificultades insalvables. Cuando lo pudimos reanudar, hemos ido consiguiendo una estructura más sólida, más aportaciones, más gentes que nos ayudan y una mayor implicación del Ayuntamiento de Motril. Ha sido un camino complicado y a veces frustrante porque la fragilidad de las iniciativas culturales en España puede ser tremenda. Da la sensación que cada año tienes que empezar de cero. Es un trabajo que es recuerda al mito de Sísifo.

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