Juan Gelman: "El contexto desaparece pero la poesía sigue"

El argentino, que acaba de publicar en España 'El emperrado corazón amora', explica que a pesar de los desastres la Humanidad acumula 50 años de poesía

El poeta argentino, en Barcelona.
El poeta argentino, en Barcelona.
José Oliva (Efe) / Barcelona

19 de mayo 2011 - 05:00

El poeta argentino Juan Gelman se siente reconfortado al contemplar que, a pesar de todos los desastres, la Humanidad acumula cincuenta siglos de poesía ininterrumpida. Gelman, que clausuró el martes con un recital multitudinario el Festival de Poesía de Barcelona, explicó en una entrevista con Efe que, "aunque la poesía no puede cambiar el mundo, sí puede enriquecer espiritualmente a quienes alguna vez eventualmente lo harán".

Para el poeta argentino, que acaba de publicar en España su último libro lírico, El emperrado corazón amora (Tusquets), cincuenta siglos de poesía ininterrumpidos tienen un significado muy claro: "La mayor o menor importancia que pueda tener la poesía en tal o cual época es irrelevante, pues el contexto desaparece y la poesía sigue".

Y añade: "A saber qué crisis había en la Grecia clásica, pero no tenemos noticia, y sí, en cambio, de la poesía que se hacía en la época". Cuando se le pregunta para quién escribe, responde: "Para mí, movido por una obsesión, que no tengo más remedio que escribir y no pienso en el lector cuando escribo, lo que me parece el mayor respeto hacia él", y añade que "no se debe suponer que el lector es tonto y necesita que todo sea obvio en la escritura".

Gelman se siente más "exigente" como escritor que como lector pues leer poesía "disminuye la capacidad crítica" y aunque reconoce que con su propia escritura se puede "ensañar" no se atreve "con lo ajeno". Confiesa Gelman que continúa con su divisa "Escribir mucho, corregir poco y tirar mucho", que atribuye a su atávica "holgazanería", la misma por la que no es novelista ni dramaturgo. "En la poesía todo es más corto", dice. "El poema viene de más abajo de la vida", señala el autor en uno de los versos de El emperrado corazón amora, lo que se puede interpretar como que la lírica surge de un estado casi de vigilia, que, reconoce, la hace "más visceral que racional".

Los numerosos galardones que ha recibido en su trayectoria, entre ellos el Cervantes de 2007, no han variado su forma de escribir: "Los premios son reconocimientos importantes, ayudan a vender un poco más, pero no escriben por uno"; en su caso su "insatisfacción" es quizá "el motorcito para seguir escribiendo".

El deseo de escribir no decae ni siquiera a los 81 años, en un intento, como él mismo bromea, de "agarrar la cola a esa señora tan fugitiva que es la poesía". Conviven en él con normalidad sus dos grandes dedicaciones: el periodismo y la poesía -"siempre trato que la segunda contamine al primero", apunta- y considera que ambos campos "son dos departamentos de un mismo edificio, que es la lengua". La inclusión de léxico y conceptos provenientes de los místicos españoles (Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz) son algunos de los rasgos que caracterizan su poesía, si bien Gelman matiza con ironía: "No estoy fingiendo una virginidad que no tengo, sino que simplemente estoy exhibiendo mis limitaciones".

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