El género policiaco es junto con el histórico el que cuenta con mayor número y más fieles lectores. Ni pasa de moda ni decae el interés por las pesquisas que con diferentes estilos van guiando en la resolución de los mil y un casos que trufan la literatura universal. Uno de los últimos es el que presenta Juan Torres Colomera, el autor almeriense afincado en Granada que cierra una trilogía de sucesos ambientados en la ribera del Genil. El periodista radiofónico desarrolló su carrera profesional en este medio, llegando a ejercer labores de dirección, y en la actualidad compagina su pasión por la escritura con la colaboración en tertulias de radio y prensa escrita.

Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Granada, ha escrito numerosos relatos cortos que han sido premiados en distintos concursos y es autor de la novela La Jaula de Plomo (Arráez Editores, 2011) una obra costumbrista con la posguerra como telón con la que irrumpió en el mundo de la narrativa. Le siguieron Asesinato en la Alhambra (2014) y Los crímenes del agua (2019), las dos novelas de género policiaco en las que aparecieron los personajes que ahora cierran la trilogía en Albayzín Blues. La novela, publicada por la editorial granadina Ediciones Tambriz, llegó la semana pasada a las librerías y se presentará la primera quincena de febrero. 

Argumento

Como sus antecesoras, es un relato de suspense y policíaco con Granada como marco y en el que dos policías experimentados, Mario Narváez y Arturo Molina, hacen frente a un misterioso caso de asesinato. Una novela que atrapa al lector y lo guía en la resolución del brutal crimen, mientras, por el camino, lo sumerge en las vidas de los personajes protagonistas que se ven envueltos en la dicotomía entre la vida familiar y las exigencias de la investigación policial. Porque "Narváez es un policía íntegro" con un desempeño "excelente" y eso "hace que descuide sus relaciones familiares", detalla el propio escritor. 

En esta ocasión, los inspectores de policía tendrán que averiguar lo ocurrido en un piso del centro de Granada. Bajo un calor sofocante, una joven estudiante ha sido brutalmente asesinada. Tras los primeros pasos de la investigación su exnovio, desaparecido, se convierte en el sospechoso número uno y todo indica que se trata de un crimen machista. Sin embargo, Narváez piensa que se trata de un asunto mucho más complejo y esboza una pesquisa paralela y silenciosa que atendiendo a su instinto lo adentra en los entornos en los que se movía la víctima. 

El título

El Albayzín, es el barrio de la infancia del inspector, que se aproxima a su jubilación, y una presencia fundamental en este libro. Aunque no es una novela crepuscular, el último caso de su carrera con un nuevo comisario de policía con el que no siente tanta afinidad y el balance de sus primeras vivencias añaden ese aire melancólico, el blues al que hace referencia el título. 

Con esas mimbres, Colomera asegura que se cierra su trilogía de crímenes aunque deja una "ventanita" abierta para un posible regreso. Eso no significa ni mucho menos un final abierto porque el autor, en los tres años de trabajo que ha supuesto Albayzín blues se ha esforzado especialmente para que "el desarrollo de la trama resulte creíble" y plantear un final en el que todo queda perfectamente "cerrado". 

Trabaja ya, eso sí, en una nueva novela que cuenta con un cierto trasfondo policíaco pero en la que este género ya no guiará directamente a los personajes por la trama.