Juan Vinuesa, 'jamón, jamón'

El intérprete alboloteño, profesor en el Laboratorio William Layton con 32 años, afronta el mes de enero con cuatro obras en cartel en Madrid y ha protagonizado la última campaña de publicidad de Navidul

Juan Vinuesa tiene una larga trayectoria a sus 32 años.
Juan Vinuesa tiene una larga trayectoria a sus 32 años.
G. Cappa Granada

16 de enero 2016 - 05:00

Después de Ramón García y de Bertín Osborne, el granadino Juan Vinuesa es el protagonista de los anuncios de jamones de Navidul. Tuvo que pasar un casting al que se presentaron centenares de actores y en el que uno de los requisitos era ser la perfecta imagen del fofisano, que tiene como ilustre representante a Leonardo DiCaprio. Bardem saltó a la fama con Jamón jamón, así que Vinuesa hace lo propio en el spot que ha causado furor la pasada Navidad. Los caminos de la popularidad son inescrutables; el alboloteño ha conseguido ser profesor, con apenas 32 años, del prestigioso Laboratorio William Laytom, tiene una fulgurante 'hoja de servicios' y este mes de enero tiene que defender hasta cuatro obras diferentes en los escenarios madrileños. Pero lo cierto es que ahora es reconocido por un papel en el que interpreta al español medio, incipiente barriguita incluida. También es periodista, redactor de la revista Actores , ha sido encargado de teatro en el programa La Calle de en Medio de Canal Sur Radio y director de la delegación de Madrid de ElClub-Express.

Estos días vive en un escenario, mudando de piel hasta dos veces en una misma tarde. En su frenético mes tiene retos como la puesto en escena de La isla púrpura de Mijaíll Bulgákov, que dirige José Padilla; o Desde aquí veo sucia la plaza de Chiqui Carabante, una reflexión sobre la identidad nacional. "Antes, cuando estudiaba Arte Dramático, pensaba en el teatro como un trabajo de jueves a domingo", señala el intérprete que, por ejemplo, el próximo 21 de enero representa a las seis de la tarde la obra de Caravante en la Feria de Artes Escénicas y a las nueve tiene que comenzar la función de Bulgákov. "El sistema está bien, hay sitio para todos, pero tenemos que estar pluriempleados para salir adelante, un discurso peligroso porque la gente se sorprende de que estés al mismo tiempo en cuatro obras, pero hay que ver en qué condiciones, cuántas representaciones tienes de cada una, si tienes una gira... Hay que tener cuidado por cómo nos vendemos los actores, protestamos mucho por el IVA cultural, pero a veces deformamos el oficio porque podemos dar una imagen de triunfadores en las redes sociales y la verdad es que tienes que estar en cinco obras para poder llegar a ser mileurista", señala poniendo sobre la mesa la precariedad de los contratos de una semana aplicados al teatro. "Artísticamente es maravilloso abordar tantos papeles, físicamente es muy cansado", continúa.

Él es un artista comprometido con su tiempo, aunque se siente incómodo con ese papel de los actores en continua protesta. Porque, una vez que se baje el IVA, ¿qué le van a preguntar los periodistas a los actores? "Esa es la cuestión, todos sabemos que el teatro forma más parte del ocio que de la cultura en nuestro país", responde. Pero su campo de batalla está en la didáctica, en un escenario ideal en el que no se tuviera que encontrar con gente que jamás ha pisado un teatro, "cosa que no pasa en Francia o en Inglaterra". Es algo que tiene que ver con la educación desde el colegio, donde el teatro se ve como "algo accesorio".

Vinuesa se fue a Madrid a estudiar Periodismo sin ninguna otra pretensión. Había hecho teatro aficionado en Atarfe, pero nunca fantaseó con dedicarse a la interpretación y sus inquietudes giraban, sobre todo, en torno al fútbol y al equipo de sus amores, el Real Madrid. En la capital comenzó a hacer figuraciones en series, así que se puso a estudiar arte dramático en la Escuela Layton, donde hoy en día es profesor, algo que no podía imaginarse ni en sus mejores sueños. En el Laboratorio enseña interpretación, cómo crear personajes, la lucha por el deseo... "Con los años te das cuenta de que está bien enseñar el oficio, pero es esencial estimular a los alumnos para que se enganchen al teatro como arte, como algo pasional. Si te limitas a enseñar las herramientas de actor sin poner pasión se vuelve algo mecánico".

La de actor es una profesión que tiene mucho que ver con la supervivencia, con seguir adelante aunque se acumulen los castings sin resultado. Por eso, ser profesor es crear algo "explosivo" entre los alumnos, que la pasión sea un antídoto ante los pequeños fracasos. Y aunque muchas críticas dejan la sensación de que ya no hay actores como los de antes, Vinuesa zanja la cuestión sin más rodelos: " Y es verdad, los de ahora están mejor preparados", señala el intérprete. "No entiendo nada, yo veo a Paco Rabal en Los santos inocentes y nos algo de mi asombro, pero también veo mucha energía en otros actores que empiezan. Tenemos que colaborar entre todos, huir de los que tienen la verdad absoluta".

Vinuesa ha centrado su carrera en el teatro, el mundo audiovisual casi no lo ha tocado aunque le ha proporcionado picos de popularidad, como cuando protagonizó el Granaíno Style, la versión irreverente y nazarí del coreano Gangnam Style, una broma de la productora Efecto Global que ha conseguido superar los límites de la propia Granada, riéndose de sus propios tópicos como las maritoñis o las milnosh para convertirse en un 'viral' que promociona la ciudad como destino turístico en más de 100 países. "No he tenido decisión y no me hecho un videobook hasta hace un mes. Ahora tengo una representante que está encima y he empezado a hacer cosas, voy a rodar un capítulo en la serie de Antena 3 Allí abajo", adelanta.

Vinuesa, @bonicodecara en Twitter, no deja de hacer guiños a su pueblo. De hecho, en la 26ª gala de los premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, la única nominación vinculada a Granada era el documental Morente, de Enrique Ruiz Barrachina, que se fue de vacío. Pero, contra todo pronóstico, un pueblo granadino tuvo su minuto de gloria. "Gracias a los Reyes de Albolote, Granada", dijo el director de cine Fernando Trullols tras recibir el Goya al mejor corto por El barco pirata. El responsable de esa frase fue el propio Juan Vinuesa, que logró que el nombre de su localidad natal se colara en el guión.

Sus padres tienen una famosa churrería a la que lleva a desayunar a sus amigos del gremio, como Raúl Arévalo o Kanka Rodríguez, el famoso Barajas de Aída, que se atrevió a hacer una rueda, aunque se desconoce si se la pudieron comer. Pero no se siente partícipe de ningún grupo de actores, caso de Alberto San Juan o Willy Toledo. Ya no hay familias teatrales como antes porque "la volatibilidad" del sector impide esto. "A Willy se le puede criticar que se meta en todos los fregados, pero no lo hace por pose, es que cree de verdad en lo que dice, el problema es que para mucha gente ha perdido credibilidad", confiesa." Hay que explicar que hacer teatro te hace más tolerante, sobre todo te pones en la piel de gente que no tiene nada que ver contigo, un día haces el papel de un comunista y al día siguiente interpretas a Hitler y al otro a un aristócrata. Son diferentes puntos de vista que te ofrecen otra perspectiva del mundo", continúa.

Respecto a lo de ser actor en Madrid, no tiene nada que ver con los tiempos de Fernando Fernán Gómez y las noches sin fin en Chicote. "Ahora hay mucha libertad, pero me he formado cuatro años con José Carlos Plaza y me contaba cosas increíbles que no tenían nada que ver con las batallitas. Hoy en día casi ningún actor es de Madrid, hay mucha pose y mucho ego en las redes sociales, pero también muchísimo compañerismo".

Y por buscar símiles, surge el nombre de Antonio de la Torre, otro actor y periodista que cada año renueva su plaza en Canal Sur, como si temiera que los directores se olvidaron de repente de él. El protagonista de Caníbal tiene una curiosidad que le lleva a preguntar a unos muchachos que están empezando como hacen tal o cual cosa. "Tiene el trabajo asegurado el resto de su vida, es un hombre que siempre se arriesga, tiene inquietudes, me gusta encontrarme con gente así, es normal que yo tenga estas ganas con 32 años, pero él es un ejemplo de que se puede mantener la llama".

Respecto a Granada, enumera con entusiasmo a las compañías que saltan al vacío con cada estreno , como Laví e Bel, Remiendo, Histrión, LaSal... "En la escuela se habla de que el teatro es riesgo, que hay que poner en duda a la sociedad, pero cuando llega la hora de producir obras se hace una comedia en la que se traiciona este discurso, pero en Granada se acepta este reto", concluye.

Juan Vinuesa sí aceptó el reto de entregarse sin límites a sus personajes, de poner tanta pasión en el escenario como cuando canta un gol de Cristiano Ronaldo...

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