Kurylenko, una chica Bond de cañas por Granada

La protagonista de 'Oblivion' fue ayer una de las estrellas de 'A perfect day' que se dejaron ver por la ciudad

Kurylenko, ayer, en Plaza Bib-Rambla, junto al peluquero granadino Antonio Panizza.
Kurylenko, ayer, en Plaza Bib-Rambla, junto al peluquero granadino Antonio Panizza.
G. Cappa Granada

17 de marzo 2014 - 05:00

Olga Kurylenko, la exuberante chica Bond de Quantum of Solace, fue ayer una de las primeras estrellas en dejarse ver por Granada antes del inicio del rodaje de A perfect day, de Fernando León de Aranoa, que comienza hoy en las Minas de Alquife. Tim Robbins y Benicio del Toro también se encuentran ya en la ciudad, donde pernoctarán durante las tres semanas de rodaje en la provincia, que se desarrollará también en el Parque Natural de Sierra Nevada.

Kurylenko, protagonista también de la exitosa Oblivion, donde compartió planos con Tom Cruise, estuvo tomando el aperitivo en la Plaza Bib-Rambla en compañía del peluquero granadino Antonio Panizza, que ha trabajado con la actriz y modelo ruso en diferentes películas y a la que le une una gran amistad.

Tras el rodaje de Caníbal, de Manuel Martín Cuenca, y de la serie Isabel, protagonizada por Michelle Jenner, Granada vuelve a convertirse en un plató cinematográfico con la presencia del equipo de rodaje de León de Aranoa, que estará en Granada hasta el próximo mes de abril.

Producida por Reposado y MediaPro y con la participación de TVE, la película se enmarca en el paisaje bélico de Kosovo, donde un grupo de cooperantes trata de sacar un cadáver de un pozo en una zona de conflicto. Alguien lo ha tirado dentro para corromper el agua y dejar sin abastecimiento a las poblaciones cercanas. Pero la tarea más simple se convierte aquí en una misión imposible, en la que el verdadero enemigo quizá sea la irracionalidad. Los cooperantes recorren ese delirante paisaje bélico tratando de resolver la situación, como cobayas en un laberinto, ha informado la organización.

El guión está basado en la novela Dejarse llover, de Paula Farias, escritora y médico que trabaja en emergencias humanitarias para Médicos Sin Fronteras desde 1999. El director se ha servido también de su propia experiencia como documentalista junto a cooperantes en zonas de conflicto.

"Como ellos, esta película utiliza el humor como forma de distanciamiento: las mejores ocurrencias, el humor más salvaje y despiadado, el más desesperado, se escucha a menudo en el centro mismo de la tragedia. Porque no hay otro lugar en el mundo donde sea más necesario. Rápida, directa, sin delicadeza, en permanente cuenta atrás, esta película no encuentra tiempo para circunloquios. Como los coches en el barro, como los camiones de El salario del miedo, como los cooperantes en el terreno. Vibrante, luminosa, irreflexiva, malencarada y soñadora, desesperada, divertida pese a todo... Así imagino yo esta película", señala Fernando León de Aranoa.

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