Letras hoy

Literatura de trinchera

  • 'Cuentos de la Gran Guerra' es un una estupenda recopilación de veinte relatos inspirados en la Primera Guerra Mundial, y firmados por autores como Conrad, Hanley, Saki, Kipling o Conan Doyle

Muchas son las cualidades de esta recopilación de relatos, traducidos del inglés, sobre la Gran Guerra que firman autores como Somerset Maugham, Katherine Mansfield, D. H. Lawrence, Edith Wharton, Rudyard Kipling, Conan Doyle y otros menos conocidos pero excelentes. Y muchas de ellas deberían ser obligatorias en cualquier antología que quiera llamar la atención del lector y subsistir en el efímero y vertiginoso mercado editorial. He aquí algunas de esas cualidades que respaldan la presente compilación: la traducción al español por primera vez de relatos espléndidos e incluso, en algún caso, memorables; las traducciones modélicas de otros firmados por autores esenciales de la literatura en inglés del siglo pasado; presentar una visión múltiple sobre un hecho histórico tan decisivo como la Guerra del Catorce y, por añadidura, situar a los autores y sus obras en unas circunstancias concretas que arrojan una luz nueva sobre los relatos más conocidos.

Tampoco es desdeñable la incorporación a la antología de un amplio grupo de escritoras de guerra, es decir, mujeres que vivieron directamente en las ciudades bombardeadas o en los hospitales de campaña y que escribieron relatos que transforman y amplían la visión típicamente masculina de la guerra. Ellen Newbold Le Motte, Mary Borden o Swarna Kumari Devi, una activista nacida en Calcuta, favorable al esfuerzo bélico británico pero defensora de independencia de India, son algunas de ellas.

Pero no hay que recurrir a una enumeración larga de virtudes para explicar el libro. La edición de esta antología estaría más que justificada por la traducción de El prisionero alemán, un descarnado y extraordinario relato escrito en 1930 por James Hanley que tres años después fue secuestrado por las autoridades inglesas y que no volvió a publicarse ya hasta 1997. El relato es un ataque brutal contra las apariencias heroicas o esforzadas de los soldados británicos. El argumento es simple: dos jóvenes soldados que participan con su compañía en una operación de rastreo del enemigo se extravían en un paisaje infernal y neblinoso. En un momento, tropiezan con un soldado alemán perdido al que apresan e infligen, con una minuciosidad espantosa, como si descendieran al fondo del horror, todo tipo de castigos, incluida la violación. De Hanley, fallecido en 1985, Seix Barral publicó en los ochenta la novela Puerto cerrado.

Pero hay otros grandes relatos que sostienen también el libro, como La plegaria de los hombres de Daleswood, del Lord Dunsany, la historia de los pocos habitantes masculinos de una aldea que, extraviados en mitad de la batalla, y sabiéndose a punto de morir, tratan de preservar su memoria y la de su poblado apelando a la nostalgia. Es también atroz, pero no con la guerra sino con el enemigo, el relato de Kipling, e inolvidable el de Saki, Los pájaros en el frente occidental, una fría y, en apariencia, distante descripción de las aves y su resistencia en el frente de batalla. Por cierto, el mismo traductor del libro, Juan Gabriel López Guix, y la misma editorial, Alpha Decay, ya publicaron los relatos completos de Saki. Pequeñas obras maestras son Un pavo real en el infierno, de D. H. Lawrence, o La mosca, de Katherine Mansfield, cuentos que, dentro de una antología sobre la Gran Guerra, adquieren un sentido distinto. Y muy sugestivo el de Arthur Manchen y espléndido El Cuento, de Josep Conrad, característico de sus grandes dilemas morales.

El libro nos enseña que la guerra es capaz de inspirar sentimientos contradictorios, desde los enardecidos de los propagandistas como Kipling -que formó parte del aparato de propaganda británico junto a Chesterton, James M. Barrie (el autor de Peter Pan) o H. G. Wells- a los antibelicistas, humanitarios o pragmáticos. A los primeros responde El último saludo de Arthur Conan Doyle, una muy forzada recuperación con fines bélicos de Sherlock Holmes escrita en 1917. Holmes, después de desaparecer misteriosamente en las cataratas de Reichenbach en 1903, había regresado en 1913. Tres años más tarde, un general francés interceptó a Conan Doyle y le preguntó: "¿Está sirviendo Holmes como soldado en el Ejército inglés?". El último saludo fue, en cierto modo, su incorporación a filas.

Y una nota final. La publicación de las antologías suele estar guiada por razones de oportunidad. El origen de Cuentos de la Gran Guerra es académico y en cierto sentido azaroso. Es fruto de un trabajo de selección y búsqueda de fuentes y versiones emprendido por los alumnos de los cursos de introducción a la traducción literaria impartidos en la Universidad Autónoma de Barcelona en los cursos 2005-2006, y 2006-2007, aunque aquellos ejercicios estudiantiles nada tienen que ver con el contenido final del volumen publicado por Alpha Decay, seleccionado y traducido ejemplarmente por Juan Gabriel López Guix, con un entusiasmo y capacidad que están muy por encima de la simple manufactura.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios