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Llamaradas de música

  • La sala de conciertos reabre sus puertas con un concierto de los bomberos que sofocaron el incendio

Se sube al cielo y se baja a los infiernos. Por eso las iglesias tienen escalinatas y los templos de la música oscuros pasadizos para descender a uno de los pocos territorios que no están manchados por la sucia rutina. Planta Baja volvió ayer a exhalar un soplo de aire fresco a la ciudad después del incendio que asoló el espacio de conciertos de la calle Horno de Abad a comienzos del verano. Cientos de personas volvieron a bajar las míticas escaleras, esta vez con mirada de perito para examinar todas las reformas que se han realizado durante los últimos meses de intenso trabajo. Ahora tiene un cierto aire industrial en la planta de arriba, con grandes paneles de acero que más adelante se pintarán de rojo, el color que predominaba en este espacio antes de las llamas. En el aseo falta el mural de Julio Juste, que se está restaurando porque acabó afectado por el humo, aunque se mantiene el espejo en zig zag en el que miles de personas se han echado una mirada furtiva antes de bajar de nuevo las escaleras.

Los bomberos que sofocaron las llamas en junio fueron los encargados de inaugurar la nueva era, una más, de Planta Baja. Antes se pinchó una canción del que será el nuevo disco de Los Planetas, una de tantas bandas granadinas que han tenido su pila bautismal en el recóndito escenario de la sala granadina. Durante esta semana acogerá un ciclo especial por la reapertura con un cartel que podría llenar una plaza de toros, con la presencia de Los Planetas, Lori Meyers, Lagartija Nick, Soléa Morente o Niños Mutantes. También los chicos de Eskorzo, propietarios de la sala y que este verano han alternado los andamios y el escenario.

A la una de la tarde estaba prevista una cerveza de bienvenida para dar a conocer la nueva cara de la sala. Y a esa hora, con el trajín de técnicos y albañiles, parecía una quimera que seis horas más tarde pudieran estar Los Bomberos sofocando las ganas de música del personal. Toni Moreno, cantante de Eskorzo y empresario junto a sus compañeros de la sala, estaba a esas horas con un bote de spray repasando el negro del túnel. "Tengo los callos en las manos en lugar de tenerlos en las puntas de los dedos de tocar la guitarra", dice resumiendo el último verano, trabajando a destajo de lunes a viernes y sudando en el escenario los fines de semana con una gira que les ha llevado a debutar en Londres. José, el batería, deambula con un cinturón de herramientas en la cintura atareado como una hormiga, comprobando las alarmas. Ruido de taladros, desorden, herramientas en las barras, operarios terminando de colocar los nuevos paneles de acero en la fachada... Pero la máquina de tabaco está activa, los instrumentos en el escenario y la cerveza bien fría.

Los pintores terminaron a las cinco de la madrugada del viernes al sábado. El techo es negro como el tizón, pero no es que se les haya olvidado pasar la brocha por esta zona, es como una forma de burlarse del destino. "Iremos terminando poco a poco los detalles que aún faltan", detalla el líder de Eskorzo mientras muestra los tres nuevos vestíbulos antiincendios que se han dispuesto.

La fecha de inauguración se ha movido más que Toni sobre las tablas. De finales de septiembre se pasó a primeros de octubre, de ahí a mediados de mes hasta llegar finalmente al 29 de octubre como la fecha definitiva de la inauguración de Planta Baja. Sigue en conversaciones con el seguro y, aunque prefiere no dar datos concretos sobre el coste de la reforma, concede que ha sido "un pastizal". No tiene pensado de momento dedicarse a la albañilería con la experiencia acumulada. "Me he dado cuenta de lo privilegiado que soy por tener esta profesión", apostilla.

Ya abajo hay que hacer mucha memoria para darse cuenta de los pocos detalles que han cambiado. Respecto a lo que no se ve, los técnicos aseguran que ahora es el "local más seguro de Granada". Sin tener necesidad por el aforo y la superficie, se ha dotado a Planta Baja de vestíbulos presurizados, sistemas de detección de incendios, un sistema eléctrico nuevo, seguridad de baja tensión con doble alimentación, turbinas que en caso de fuego extraen el humo... Todo esto se olvida en cuando se apagan las luces y comienza la música. La historia de Planta Baja continúa.

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