Alberto Olmos desde que escribió su primera novela A bordo del naufragio, en 1998, que fue finalista del Herralde, no ha dejado indiferente a nadie. Premiado, intenso, y muy crítico, vuelve ahora con una de sus trabajos más ambiciosos, Alabanza, un libro "antirromántico" sobre el amor y la literatura.

Publicada por Literatura Ramdon House, Alabanza comienza con una frase: "No estoy enamorado", unas palabras cuya idea vertebra toda la novela protagonizada por una pareja Claudia y Sebastián, que deciden ir de vacaciones a un lugar no definido pero que el lector sabe que se trata de Castilla, donde no es posible conectarse a internet.

Sebastián es un escritor que, acompañado de un montón de folios en blanco, va convencido de que el aislamiento le ayudará en su creación: la escritura de su experiencia (corta) sexual y emocional con las novias que han pasado por su vida. Este es el inicio breve de una obra que ofrece muchas lecturas y rincones que le sirven a Alberto Olmos (Segovia, 1975) para hablar de la posibilidad de un mundo sin literatura en un futuro cercano y del mito del romanticismo en las relaciones de pareja, que son para el narrador una pura circunstancia.

La frase "No estoy enamorado" es un esquema de ruptura que parece algo normal en la relación, aunque luego es la frase que va dinamitando todo hasta el final", explica Olmos, quien dice que ha hecho una novela "antirromántica". Una novela sobre lo sobrevalorado del amor en la pareja, pero en la que dentro se habla desde la ficción del amor romántico, como lo hace el protagonista en las cartas de amor que escribe para algunas de sus compañeras de trabajo. "El amor es lo que nos inventamos", añade Olmos.