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Loquillo y el "fin de una época"

  • n aires nuevos. El músico barcelonés publica su primer disco, de aire nostálgico, después de la disolución del grupo Trogloditas

Es el primer disco tras disolver Trogloditas, pero Loquillo reconoce que Balmoral habría sido igual aunque lo hubiera hecho con su banda; un álbum que define "el fin de una época, de un modo de entender el siglo XX" a través del recuerdo del desaparecido bar madrileño que le da nombre. Decidió disolver su grupo, Trogloditas, porque, tras la muerte de Guillermo Martín en 2006 sólo quedaba un miembro original en sus filas y consideraba "absurdo mantener un nombre sin su esencia por cuestión de ética y una falta de respeto al pasado del grupo", explica.

Balmoral fue un lugar donde políticos, músicos y pintores se reunían en torno a interminables tertulias y en el que, durante mucho tiempo, sucedieron momentos de la vida del rockero catalán: "Era la patria para un exiliado como yo y parte de la historia del Madrid que conocí", recuerda el músico en un hotel situado a escasos metros de aquel local que ahora le sirve de reivindicación y metáfora.

Balmoral (DRO), que sale a la venta el próximo martes, "es una obra más que un producto, por mucho que la industria se empeñe en tratar los discos como mercancía", asegura. Un tributo al pasado en el que ha contado con varios de los protagonistas de ese tiempo pretérito como colaboradores. "Luis Alberto de Cuenca, el mejor poeta de Madrid, y Jaime Urrutia, el mejor músico de la ciudad, identifican mejor que nadie esos recuerdos, forman junto al bar una trilogía", explica el rockero, que también ha contado con la leyenda de la música francesa Johnny Hallyday en el tema Cruzando el paraíso. Después de ser teloneros de los Rolling y The Who, Loquillo celebra haber podido contar con Hallyday: "Nadie va a lograr ese hito".

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