Con el reconocimiento unánime de la crítica a Cronolánea y el sentimiento generalizado entre el público de que Lori Meyers ya forma parte de los grandes del pop alternativo nacional, la banda granadina despidió anoche con un concierto en la sala Apolo de Barcelona la gira oficial de su tercer álbum. Llegaban con la resaca (de la buena) de su paso por la Joy Slava de Madrid apenas una noche antes, donde cientos de almas habían sucumbido a los ritmos endiablados que descubre cada uno de los temas de su último disco. Además, tenían con ellos la suerte de poder salir al escenario con la garantía aún caliente de haber sido elegidos como los autores del mejor disco nacional de 2008 según acreditan varias de las mejores revistas especializadas de música de todo el país.

Todo lo bueno que le está pasando a este Cronolánea (Universal, 2008) es el resultado de una amistad que ya dura más de diez años de unos auténticos locos por la música. Irrumpieron en la escena muy jóvenes y con más ganas que medios dispuestos a gritar a los cuatro vientos todas las verdades que se escondían detrás de las canciones de Viaje de estudios, una de las mayores sorpresas discográficas de 2004. Después vino Hostal Pimodan, su 'fichaje' por una multinacional, varias versiones de las que hacen sonrojar al autor original y Cronolánea, con el que no se escatimaron detalles en busca de un sonido perfecto capaz de hacer temblar los cimientos del rock americano.

Además, y aprovechando su reciente paso por Madrid, la banda grabó para el programa Hoy empieza todo de Radio 3 un concierto acústico que se puede escuchar a través de la página web de la emisora y que permite descubrir nuevas vibraciones a cada uno de los sonidos más rockeros de Cronolánea.

La de anoche en la sala Apolo fue la última parada oficial de la gira, aunque la banda ha cerrado un último regalo en 'casa' con su participación en el Festival Extratonauta que se celebrará en la sala Industrial Copera, además de otras dos intervenciones en el Tremendo Pop Festival de Monzón (Huesca) el 25 de abril y en Torrepacheco (Murcia) el 15 de mayo. La idea es algo así como 'quitarse el mono' del directo, ya que la banda tendrá que esperar hasta el año que viene para tener una nueva gira y un nuevo disco en la calle, pese a que su maquinaria lleva ya tiempo funcionando a más de mil revoluciones y, como ellos mismos cuentan, ya ensayan incluso las nuevas canciones que han compuesto en los últimos meses.