Entrar en el Mundo de lo no manifestado es tener un abismo abierto para algo que no es narrable y es infinito en percepciones. Cuenta Lucas Carrillo, el autor de la exposición en Rey Chico, que las personas no estan separadas en la consciencia y que todos tenemos nuestros fantasmas y nuestros dioses bien acomodados a una irrealidad que invade el espíritu. "Todo el mundo de lo no manifestado se refiere a arte sensible que tiene en común la búsqueda en la naturaleza oculta" . Del interior le viene la imagen, un "autentico constructor de escenarios" que se ocupa en encontrar una ilustración presente en la realidad que no se ve y que permanece escondida a los ojos de la cara. Su consejo es que la pintura se tiene que mirar con los ojos de la alma. "Parte de todo el interior representado está invisible y en estado de contemplación". Sus cuadros están divididos en dos categorías. Una es la pintura representativa, que fue el inicio de su trayecto en las artes. Es una pintura más real en dibujos de tinta y bocetos. La otra es modernista y mezcla la originalidad de criaturas imaginarias con el arte fotográfico digital". "Tengo mis preferencias en dibujar y la ilustración digital está cada vez más presente". dice. "Me gusta hacer cuentos ilustrados, todos los juguetes animalescos , la búsqueda del hombre y de su sentido, el sabio y la mariposa, todo combinado en una historia y todo combinado en un nuevo ser". Hasta su llegada a Granada, Lucas Carrillo volvió su atención a una creación amplia y fue también en Granada donde descubrió su última gran influencia, el pintor digital canadiense Bobby Chiu. Pero Lucas Carrillo tiene en su paleta de colores una gran variedad de creadores que lo inspiran. "Baudelaire, Duchamp, Lucien Freud y Francis Bacon fueron mis primeros maestros" cuenta. Con un rotulador Rolling, pincel o tinta negra registra las sombras y las formas. Con una simple máquina fotográfica registra los paisajes naturales. La suma puede ser variada y a veces confusa para quién mira por primera vez pero la capacidad de dibujar de forma sencilla no se confunde nunca. "Siempre fui un niño curioso y sigo siéndolo. La base de mi trabajo es la representación de lo invisible, lo inefable, el infinito que nos rodea. Una criatura a medio camino entre un cefalopodo, un hongo y un ser humano forman parte deste mundo. Seres y paisajes mágicos conviven con nosotros a la espera que sintonicemos con ellos". Es la primera vez que Lucas Carrillo presenta Mundo de lo no manifestado. Podrá contemplarse en el Rey Chico hasta día 27.