'El retablo de Maese Pedro'; Don Quijote era el gigante

Era sólo una rueda de prensa pero, perfectamente, pudo haber formado parte del programa de los Cursos Manuel de Falla. El director venezolano Manuel Hernández-Silva consiguió ayer transmitir toda su pasión por la obra de Manuel de Falla en la presentación de El Retablo de Maese Pedro, la producción de la compañía Etcétera dirigida por Enrique Lanz que esta noche llega al Parque de las Ciencias.

Junto a los descomunales títeres de Lanz, el maestro venezolano tomará la batuta de la OCG, que en esta ocasión estará reforzada con la soprano Laura Sabatel para interpretar a Trujamán, el tenor Pablo García-López (Maeso Pedro) y el barítono Isidro Anaya (Don Quijote).

La puesta en escena de los títeres, que Manuel de Falla estrenó en un teatro parisino hace 90 años, representa el trabajo de la compañía durante tres años y cuenta con 39 figuras de hasta ocho metros y medio de altura que tomarán vida gracias a 16 titiriteros y 60 poleas. Este espectáculo homenajea además el centenario del nacimiento de Benjamin Britten, cuya Sinfonía simple compartirá escena con dos de las obras esenciales de Manuel de Falla en los años veinte, el Concierto para clave y cinco instrumentos y El retablo.

Y aunque no pudo acudir a la presentación por motivos de salud, Isabel de Falla, sobrina y ahijada del compositor gaditano, envió una nota que leyó el director del Festival de Música y Danza, Diego Martínez: "El retablo de Maese Pedro supone una decidida incursión en el lenguaje de la modernidad, esta actitud acompañará también a los decorados y figurines en sus distintas representaciones, con la incorporación de artistas afines a la vanguardia como Manuel Ángeles Ortiz, Hernando Viñes, Hermenegildo Lanz y, pasados 90 años, su nieto, Enrique Lanz, que de la mano de la compañía Etcétera ha dado la vuelta al mundo. Este concierto, además, tiene un significado añadido porque será la primera vez que se escuche en Granada uno de los magníficos claves donados al Archivo Manuel de Falla por mi querido amigo Rafael Puyana".

Ya en primera persona, Enrique Lanz mandó un mensaje de ilusión por presentar al fin esta obra en Granada, después del estrenó en 2009. Pero, al mismo tiempo, manifestó su pesar porque hayan tenido que transcurrir más de tres años y porque, con "toda seguridad" por la época de crisis actual, será la última vez que se ponga en escena.

Por su parte, el entusiasta director Manuel Hernández-Silva no dudó en canturrear algunas de las piezas y hacer el compás chasqueando los dedos. Hizo especial hincapié en el artículo que Manuel de Falla escribió en 1916 sobre el "gran músico de nuestro tiempo", Igor Stravinsky, que "habla de la búsqueda de nuevas sonoridades utilizando elementos nacionales de la música de aquella tierra, elementos religiosos y populares, que es exactamente igual a lo que ocurre en la música de nuestra país". Falla decía que esta reflexión debería ser más "preciosa" para España -y Hernández-Silva añadió aquí que también para Hispanoamérica- que para cualquier otro país. En su opinión, esta nueva forma de escribir El Retablo es una "continuación lógica" porque hay un leit motiv en las composiciones de Falla, "una amalgama de 6 por 8 y 3 por 4 que está presente en toda la obra, incluido el Retablo de Maese Pedro".

Esta composición "reúne los elementos más populares y más ancestrales de nuestra música porque se puede hacer un seguimiento de ida y vuelta a esta amalgama de 6 por 8 y 3 por 4 desde la Patagonia hasta Cádiz, algo que se ve de manera evidente en el Sombrero de tres picos", continuó para, a continuación, cantar de nuevo para ilustrar el compás del que acababa de hablar, didáctico como pocas veces de ha visto en una rueda de prensa. "Lo vemos de manera más lenta, casi recordando a la soleá, en Noche en los jardines de España. Yo siempre he sostenido que si mantenemos el pulso interno de esta amalgama la música se mantiene de manera más pura, porque no se corrompe el ritmo que plantea el maestro Falla". A continuación resumió la obra del artista gaditano antes de adentrarse esta noche de lleno en su obra: "Es la búsqueda de nuevas sonoridades sin renunciar a sus principios y sin buscar sonoridades en otros lugares lejanos, como el último clasicismo vienés, él busca aquí, en sus fuentes".