Antonio Banderas ha viajado a España para arropar el estreno, el próximo viernes 20 de septiembre, de su nuevo proyecto cinematográfico como productor: la película de dibujos animados Justin y la espada del valor, que está "diseñada exclusivamente para los niños" y que ha nacido en los estudios de la empresa granadina Kandor Graphics.

"A veces, los padres cometemos un acto de hipocresía al llevar a los niños a ver la película que queremos nosotros, aunque al niño le resulte mucho más confusa (...), pero esta es una película diseñada exclusivamente para los niños; en esta ocasión, esperamos que ellos arrastren a los padres y los lleven al cine", afirma Banderas en una entrevista.

El actor malagueño ha tirado la casa por la ventana con esta cinta de animación que busca la estela del éxito de Tadeo Jones en la taquilla y sigue igualmente su senda internacional. No en vano, Banderas, productor y doblador (en las versiones inglesa y española) de uno de los personajes, ha logrado su distribución en una decena de países y en más de 2.000 salas de cine en EE.UU..

"Estoy muy contento de haber llegado al final de estos cuatro años de trabajo, que han sido muy duros, no sólo para mí -afirma Banderas-, sino para un equipo grande de personas; y muy orgulloso de producir una película que creo que merece la pena y que, en ciertos aspectos, como es el tecnológico, va a sorprender".

Banderas ha puesto su voz también a uno de los personajes, sir Clorex (Antoine, de nombre de pila), un estafador zafio, mentiroso y divertido al que, al final, todo le sale mal.

Justin, cuyo diseño, explica el director de la cinta, Manuel Sicilia, está basado en Jamie Bell, el intérprete bailarín de Billy Elliot, vive el proceso de maduración de niño a hombre, "un cambio que sucede cuando conoces gentes, sitios: se mueve en un mundo grande para que se vaya haciendo más hombretón, más héroe", explica el director.

Porque Justin pelea con un dragón, se enfrenta al dolor y a la disciplina, lucha con el malo y salva a la chica. "Es una historia clásica, de aventuras, con toques de humor y un montón de moralejas -añade Banderas-, con un personaje atractivo con el que los niños se pueden identificar así como con sus valores y con la propia historia".

La de un jovencito que vive en un reino gobernado por burócratas donde los caballeros están fuera de la ley y que sueña con ser uno de ellos, como lo fue su abuelo, y devolver a éste en su tumba la espada que le robó su asesino.

Su determinación le pondrá en contra de su padre, abogado y consejero de la Reina, y le llevará a encontrar auténticos amigos y, cómo no, a su verdadero amor, Talía, una camarera atrevida y valiente a la que pone voz la actriz Inma Cuesta en la versión española y Saorise Ronan en la inglesa.

"Talía me encanta, porque es superguerrera, no el típico personaje femenino, no 'la princesita' que sueña con su príncipe, sino alguien valiente que tiene lo que le falta a Justin", explica Cuesta, que encara con este personaje su primera experiencia como dobladora de animación.

"Enseñarles a los niños los valores del sacrificio, de la constancia, la perseverancia para obtener aquello que quieren, es interesante. Siempre hay un acto de responsabilidad cuando se hacen películas para pequeños", reflexiona Banderas.

Y sonríe al darse cuenta de que "todos somos Justin--dice-, porque sacar adelante este proyecto tiene mucho que ver con el personaje y su carrera de obstáculos. Sobre todo, en el clima económico que vivimos, poder llegar a financiar un presupuesto como éste (más de 22 millones de euros), con 150 trabajadores que comen y tienen familias y casas... Ha sido arduo", reconoce.

Un camino que comenzó con el corto La dama y la muerte, ganador del Goya en 2010 y finalista en los Oscar, el cual "hizo que muchos en Hollywood volvieran la cabeza para mirarnos", apunta el más internacional de los actores españoles, un montón de veces nominado a los Goya y a los Globos de Oro.

Para Sicilia, director también del primer proyecto de animación largo que firmó como productor Banderas, El lince perdido, que también obtuvo el Goya, fue el "exitazo" de Tadeo Jones el que les hizo conscientes de cuál debía ser la apuesta, "el público infantil".