Marcos Ordóñez recuerda su vida como crítico teatral
El escritor retrata la "irrealidad nítida" del teatro en la obra 'Telón de fondo'
El escritor, dramaturgo y, sobre todo, crítico teatral barcelonés Marcos Ordóñez mezcla la autobiografía con el canto de amor a las tablas de un escenario en Telón de fondo, un recorrido por la "irrealidad nítida" de lo que es para él el teatro, al que ha dedicado cincuenta años de su vida.
Telón de fondo (Aleph Editores) fue presentado ayer en la librería Blanquerna, en Madrid, por el propio Ordóñez, quien estuvo acompañado en la mesa por el escritor Eduardo Mendoza en la mesa, y también convocó entre el público a figuras del teatro español, como Charo López, Núria Espert o José Luis Gómez, que agradeció al autor su entusiasmo por el teatro.
"Una carrera es muy larga y un actor o director se da cuenta de que un crítico no le tiene una animadversión personal", dijo Ordóñez para explicar el afecto mutuo entre el crítico y sus "criticados", quienes sigueron con miradas encendidas cada anécdota rememorada por quien a veces no temió ser severo con su trabajo.
"Si una amistad se rompe por una mala crítica no era tan buena amistad", añadió, porque la primera ley del crítico es la de "no tener miedo a no estar en la corriente mayoritaria" y asumir que "si siempre estuviera todo el mundo de acuerdo, sería terrorífico".
"Un crítico es muy útil en época de crisis, porque hay poco tiempo y poco dinero. Él puede alzar la voz y decir 'id a ver esta función' o, en la parte dura, decir 'esta función es un globo hinchado'", reivindicó quien reconoce sentir escalofrío cada vez que cae el telón.
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