"Mariano Rajoy está cada vez más a gusto en la tumbona"

peridis. humorista gráfico

El viñetista participa a las 20:00 horas en el ciclo 'Martínmorales en compañía', presentado por Alejandro V. García en CajaGranada de Puerta Real.

Peridis, esta tarde en CajaGranada de Puerta Real. / G. H.
G. Cappa

Granada, 25 de noviembre 2016 - 02:34

-¿Se va a levantar alguna vez Rajoy de la tumbona en la que lleva recostado años en sus viñetas?

-Yo me limito a constatar, él es registrador de la propiedad y yo soy notario de la realidad.

-¿Su caricatura de Pedro Sánchez es deliberadamente insulsa?

-No me lo planteo así, seguramente no he tenido tiempo de cogerle el aire. Quizás no he dado con él, es cierto que a Mariano Rajoy lo pillé en la tumbona y ahí sigue recostado y cada vez más a gusto.

-Viendo los chistes que circulan por las redes sociales, ¿el humor está en crisis?

-No estoy en las redes sociales, tengo la fortuna de llevar trabajando en un periódico 40 años. Eso es una suerte que no han tenido muchos otros dibujantes y te permite una compenetración con los lectores, que han seguido mis innovaciones y mis hallazgos, que a fuerza de repetirlos se han hecho lenguaje común. Todo el mundo hablaba de la columna de Suárez, del agujero de Carrillo, el racaraca de José Ibarretxe, de la tumbona de Rajoy... Es igual que Snoopy en la caseta, no se puede dibujar sin la caseta.

-Al minuto siguiente de la muerte de Rita Barberá ya circulaban multitud de chistes. ¿Dónde está el límite entre el humor negro y la falta de respeto y de empatía con un ser humano?

-Txiki Benegas dio una conferencia en el Club Siglo XXI hace más de 25 sobre el terrorismo vasco y dijo una frase que para mí sigue teniendo vigencia: "Cuando una persona muere, cualquier otra cuestión debe dejarse de lado". Es decir, creo que hacer chistes de alguien que acaba de morir es de pésimo gusto. La muerte lo absuelve todo de alguna manera, así que un respeto porque eso no es el juego político. Recuerdo que hubo una temporada en la que a Adolfo Suárez le sacaron unas muelas y sufría mucho de la boca, pero jamás hice un chiste sobre eso. Que la gente se ría de Rita Barberá o que le nieguen el minuto de silencio en el Parlamento me parece gravísimo. Si ya no respetamos ni a los muertos, ¿a quién vamos a respetar?

-¿Con qué personaje de los que ha dibujado a llegado tener más empatía?

-Fraga era una mina, no hacía falta que hiciera nada. Ahora con Rajoy está pasando igual, parece que con los gallegos tengo fortuna, porque Pío Cabanillas también me funcionaba. Uno que era de Ribadeo, Calvo Sotelo, tenía también un humor muy especial.

-En su momento, el tema más espinoso para un humorista era cómo tratar el terrorismo de ETA.

-He tenido que hacer muchas viñetas sobre ETA, en la época más cruda casi cada 15 días porque había muchos atentados. No ibas a poner a un asesinado en un charco de sangre... Acaba de salir un libro, Patria, de Fernando Aramburu, que me reconfirma en mi posición. En estos casos puedes insultar o compadecer con humor. Hay que estar con la víctima y su familia, pero también hay que compadecerse de la familia del asesino y del mismo criminal. Pensaba, ¿cómo se lavan la sangre que han derramado?

-¿Se considera junto a Forges o El Roto como los últimos representantes de una manera de entender el humor?

-Es posible que tenga algo de razón, es una generación que en gran medida llega hasta Gallego y Rey. Es una generación que crece a la sombra del franquismo, conociendo la dictadura y la censura, la falta de libertad. Esta generación es irrepetible porque había mucho talento. Una de las mayores fortunas de mi vida es formar parte de esta generación y que muchos de ellos sean mis amigos.

-Acaba de publicar una novela histórica, 'La maldición de la reina Leonor', además de una recopilación de sus 40 años como humorista gráfico en 'El País'. ¿Deberían leerlo las nuevas generaciones de políticos para saber el terreno y el país que pisan?

-Sí, es recomendable para la gente que pone en duda la Transición y que dice que todo aquello no vale. Ay dios mío... Pablo Iglesias ha sido un gran hallazgo, me ha dado mucho juego.

-Por otro lado, ¿con qué se queda de la trayectoria de Martínmorales?

-Es un compañero de codo con codo, como caricaturista que soy quizás sea el más cercano a Martínmorales en la grafía y en la creación de personajes. Hay una cosa fantástica, era de una ferocidad entrañable, era el lobo feroz amable. Me decía: "Peridis, hay que darles fuerte". Pero era tan buena persona que le salían unos personajes muy entrañables, como era tan buena persona y tan bondadoso nunca ofendía, nunca he escuchado ninguna queja de ningún político por sus trabajos. Sus dibujos alegóricos con el yugo y las flechas eran más duros, pero cuando dibujaba a personas hasta el mismo Franco era un viejecito que arrastraba condecoraciones.

-¿Es complicado hablar de Martínmorales en pasado aunque sigue vivo?

-Es verdad, pero este homenaje le ha alegrado la vida a él y a su familia. Lo que no puede una persona como Paco es retirarse sin reconocimiento y con desconocimiento. Es un merecido homenaje y es muy loable lo que ha hecho CajaGranada. No es momento de lloros ni de lamentos, hay que asumir los golpes que da la vida.

-En su caso, ¿se le han quejado mucho los políticos?

-Prácticamente nunca, muchos me han llegado a pedir sus dibujos porque yo soy más amable que Paco, aunque puedo ser más malo.

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