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Miguel Ángel Arcas gana el premio Ricardo Molina

  • El granadino, editor de Cuadernos del Vigía, logra el galardón con un poemario del que el jurado destaca su conexión con la realidad

"El ansia, el deseo de vivir esta vida que se escapa como el agua" es el argumento de La sed, la obra con la que el granadino Miguel Ángel Arcas ganó ayer el XXII Premio de Poesía Ciudad de Córdoba-Ricardo Molina, dotado con 12.000 euros y la publicación de la obra en la editorial Hiperión. El jurado destacó la "calidad sostenida" de un poemario que, en palabras de uno de sus integrantes, Antonio Garrido Moraga, "se sumerga en la realidad, en lo actual" y que reflexiona sonre "el fracaso y la desolación". "Un buen libro que prestigia el premio", según Pablo García Baena, presidente del tribunal.

Poeta y editor (dirige la editorial Cuadernos del Vigía), Arcas subrayó que, si bien ese componente oscuro está presente, en la obra es muy acusada la vertiente "celebratoria, vitalista y jubilosa", a partir de una conciencia de la poesía como instrumento de "resistencia" ante una realidad "complicada" y un "sistema depredador y castrante". Arcas aporta "una clave de humor" y una reivindicación del poema como área de expansión de la sensibilidad y la inteligencia.

"No planteo los libros con un esquema definido y determinado, no hago un planteamiento previo, soy más bien como Ángel González, escritor de poemas, y cuando junto una serie hago el libro", explicó el granadino, nacido en 1956, licenciado en Filología Española por la Universidad de Granada y entre cuyas obras figuran los volúmenes de aforismos Aforemas y Más realidad y los poemarios Los sueños del realista, ganador del premio Miguel Hernández, y El baile. No obstante, en sus obras poéticas hay "una unidad de sentido y una línea tonal parecida". Así ocurre en La sed, en la que habla "de las cosas importantes: el tiempo, la pérdida, la memoria".

En la obra, según Garrido Moraga, es también reseñable la irrupción de "frases cortas que, a modo de aforismos", enriquecen los poemas con hallazgos y desvíos "sorpredentes". Tienen una "enorme fuerza" porque "singularizan el mensaje con la brillantez de la brevedad" y suponen "una constante estilística infrecuente".

Arcas reivindica el aforismo en busca de una expresión "sucinta, directa, libre". Lo valora por su "sencillez y precisión" y su capacidad para "reformular términos de la realidad", articular "una mirada singular sobre las cosas" e "indagar en el mundo y en la manera de pensarlo". Escribir es para el granadino "poner encima de la mesa una crisis" que en realidad tiene dos vectores: "la del poeta y la del colectivo".

El premio ha experimentado un crecimiento de participantes respecto a la edición anterior, de 199 a 277. De ellos, 55 procedían del extranjero (Argentina, Brasil, Estados Unidos, Francia, Israel, México, Italia...).

El acto de comunicación pública del fallo fue aprovechado por Pablo García Baena para recordar que en 2016 se cumplirán 100 años del nacimiento de Ricardo Molina, "quizá el poeta moderno más importante de Córdoba" y sugerir la convocatoria de "un premio extraordinario" y la organización de "una serie de actos".

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