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Moisés Salama retrata el cambio de la cultura bereber

  • El cineasta melillense presentó ayer en Granada 'Atlas bereber', un documental producido por Ático 7 que es un viaje a la parte más recóndita de Marruecos

El director melillense Moisés Salama presentó ayer en la sala Val del Omar de la Biblioteca de Andalucía su último documental, Atlas bereber, un recorrido por una de las zonas más desconocidas y ricas en cuanto a tradición de Marruecos. El documental está producido por la compañía granadina Ático 7.

Atlas bereber narra la historia de Aïssa, un joven estudiante que decide, durante sus vacaciones, recorrer las montañas del Atlas. A través del encuentro con diferentes personajes, Aïssa conoce la nostalgia de un pasado difícil e idealizado y un mundo que se opone al fundamentalismo islámico actual. También el temor a que, con la llegada del turismo, venga la riqueza, pero con ella la pérdida de identidad del pueblo bereber. "Yo tengo muy próximo el mundo bereber, y siempre he sentido mucha curiosidad por él", explicaba ayer Moisés Salama. "Siempre he tenido tendencia a viajar por Marruecos, sobre todo por el Atlas. El Atlas es una cadena montañosa que divide a Marruecos en dos. Es como pasar por el túnel del tiempo. A un lado tienes las ciudades modernas y prósperas, y al otro, zonas en las que ni siquiera hay luz ni agua. Es como entrar en la Edad Media".

Salama quería aproximarse a la cultura bereber. "Al principio de plantearnos el documental pensábamos en plantearnos la cultura bereber como una militancia. Pero descubrimos en los sitios a los que viajamos que allí no hay una militancia bereber, que las costumbres religiosas, por ejemplo, están muy alejadas del fundamentalismo actual. Ellos mantienen incluso sus costumbres pre-islámicas".

"Se trata de un documental sin entrevistas, en el que dejamos que los personajes se vayan cruzando", explica el director, que escribió el guió en compañía de Ignacio Mendiguchía. "Ahí nos percatamos de que el pueblo bereber se mueve entre el deseo de desarrollo a través del turismo y en el miedo a perder su auténtica identidad y su forma de vida".

Uno de los síntomas de esa transformación es la fiesta de las novias de Inilchid, al final del verano. En ella se reúnen los diferentes pueblos bereberes para participar en una celebración. Pero con la llegada de los turistas para asistir a la fiesta, se ha perdido parte de la autenticidad de la ceremonia. "Ya es una fiesta en la que se mezcla lo que es tradición y el reclamo turístico", explicaba Salama, quien destacó que lo que más le había gustado de todo el proceso de filmación había sido "la experiencia humana", la gente a la que había conocido. Su idea es ahora presentar el documental en esos pueblos de Marruecos.

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