El Monasterio de Santa Isabel la Real de Granada se fundó en el año 1501, como convento de franciscanas clarisas, por los Reyes Católicos. En un principio se ubicaron en la calle Real de la Alhambra, pero posteriormente se trasladaron al Albayzín. La reina lo dotó generosamente en 1505 y en 1507 recibió las aportaciones de su primera abadesa doña Luisa de Torres, viuda del Condestable de Castilla D. Miguel Lucas de Iranzo. A estas donaciones, se uniría la de doña María de Mendoza, hija del Almirante D. Bernardino de Mendoza, a finales del siglo XVI para el retablo mayor.

Granada es una de las ciudades que cuenta con un mayor número de fundaciones regias, la Capilla Real, el Hospital Real, el monasterio de San Jerónimo, el convento de San Francisco Casa-Grande, el de Mercedarios Calzados o las Comendadoras de Santiago.

Ubicado en pleno corazón del Albayzín, ocupando parte del solar donde estuvo ubicado el palacio que levantó el rey zirí Badis en el siglo XI. Muy cercana está Dar al-Horra, de época nazarí, que formó parte del convento hasta 1930 que fue adquirida por el estado.

El monasterio se sitúa actualmente en una parcela cuadrada de unos 50 metros de lado, con la Iglesia y el claustro principal, a la que hay que añadir dos patios a las espaldas del claustro y un amplio compás monástico de entrada al conjunto. Desde la calle se accede por una portada barroca con la escultura de Santa Isabel de Hungría y las heráldicas laterales de la Corona y la Orden Franciscana.

La portada de la iglesia es ojival, según diversos autores realizada por Enrique Egas, con arco flamígero mixtilíneo, florenzado, y en las enjutas los emblemas reales del yugo y las flechas y el escudo regio. Destaca la esbelta torre, cuadrada, con albanegas decoradas con azulejos, realizada aproximadamente en 1549, según Gallego Burín pertenecería al primer tipo de torres mudéjares granadinas derivadas de los alminares árabes.

Presbiterio de la iglesia de Santa Isabel la Real.

La iglesia es de una sola nave, de planta rectangular, con la Capilla Mayor separada por un arco toral y presbiterio en alto, al que se accede por una gran escalinata. La cubierta es una muestra muy importante de la carpintería gótica, con formas lobuladas y estrellas curvas con pinjantes, pechinas ojivales y friso con grutescos tallados en la madera. La armadura de la nave es mudéjar, de limas moamares, con tirantes, cuadrales y canes de tracería gótica, con decoración pintada de estilo plateresco. A los pies de la nave se encuentran el coro alto con el órgano y el coro bajo.

María Luisa García (2014) describe la importancia de la Capilla mayor y el proceso de su restauración. El retablo de finales del siglo XVI, se modificó en el siglo XVIII, ampliándolo e insertando el camarín para la Virgen de Guadalupe. La parte superior o del calvario cobija a Cristo crucificado, con la tipología de cristos de Pablo de Rojas, así como las imágenes de la Virgen y San Juan. El retablo se levanta sobre un zócalo de madera con pinturas que imitan mármoles, en el centro el altar en piedra de Sierra Elvira. En el primer cuerpo los relieves de la Circuncisión del Señor y la Adoración de los Pastores y cuatro esculturas, San Diego de Alcalá, San Francisco, Santa Clara y San Jaime de la Marca. En la calle central el manifestador barroco, decorado el interior con espejos romboidales. A ambos lados de la Virgen de Guadalupe dos grandes tablas policromadas al óleo, representan a san Juan Bautista y a Santa Isabel de Hungría. Todo el conjunto del retablo culmina con la figura de Dios Padre, cobijada en el tímpano triangular. Hay que destacar también las pinturas murales que simulan mármoles, puertas, lienzos colgados de falsas argollas y clavos con su correspondiente sombra en el más puro estilo barroco. Importantes cuadros y esculturas se distribuyen por todo el recinto, entre otros artistas se encuentra el óleo de Atanasio Bocanegra de la visión de Pedro de Alcántara de San Francisco.

La actual Comunidad Religiosa está realizando una encomiable labor buscando patrocinios y apoyos para la restauración del rico patrimonio del monasterio, tanto inmueble como mueble. En la placa junto al torno del convento figura: "La Fundación Montemadrid y el Monte de Piedad de Granada en colaboración de la Comunidad de Hermanas Clarisas restauraron este monasterio". En 2008 se firmó el convenio con Montemadrid para intervenir en el retablo, pinturas murales, cubierta mudéjar de la iglesia, así como en el compás de entrada, en la Puerta Reglar de acceso al convento, también en la llamada Sala Capitular (Sala del Granero), donde se ha ubicado la Sala de Fábrica del monasterio y en otros espacios. La dirección la ha llevado el arquitecto Carlos Sánchez Gómez y la dirección de la empresa de restauración Mª. Luisa García García. En 2021-2022 en la celebración del 500 aniversario del monasterio se realizó una interesante exposición. La fuente del claustro se restauró con el patrocinio de la Fundación World Monuments Fund. El órgano ibérico por el organero Federico Acitores con el patrocinio de Cervezas Alhambra y el Patronato de la Alhambra (2017-2018). La Comunidad cuenta con hermanas organistas y compositoras, y hermanas con cualidades para la poesía y la investigación histórica y artística. Otra de las joyas de esta institución es su importante archivo y biblioteca.

Este monasterio y su patrimonio ha sido investigado y descrito, entre otros, por Gómez Moreno (1892), Gallego Burín (1946), Henares Cuéllar y López Gúzmán, (1989), Martínez Medina (1992), Goméz-Moreno Calera, (1989, 1998), Orihuela Uzal (1996), Martín Martín y Torices Abarca (1998), Orihuela Uzal y Castilla Brazales (2002), Vega García-Ferrer (2013), Fernández Manzano (2020), ... Por su parte la comunidad de religiosas mantiene viva la revista anual: Forma vivendi. Cuadernos de Historia de las Hermanas pobres de Santa Clara, desde el año 2013. En 2022 publicaron el libro: El monasterio de Santa Isabel la Real de Granada. Paseo por la historia, el arte y la vida espiritual.