Multicines Centro despide a sus nueve trabajadores como anticipo del cierre

Multicines Centro 'resucitó' el pasado 31 de enero cuando había anunciado el cierre definitivo de sus ocho salas. Ahora, apenas dos semanas después, parece que el acta de defunción se firmará el próximo 26 de febrero. Los nueve trabajadores de la sala han recibido la carta de despido de la empresa por lo que dejarán de estar vinculados laboralmente a la empresa a partir del próximo martes. Será entonces cuando Multicines Centro ponga definitivamente el The End a su historia de más de 50 años -abrió en los sesenta como Palacio del Cine y en la década de los ochenta se reconvirtió en multicines-. "No se pueden pagar las rentas a los propietarios del local, la empresa está en pérdidas y tiene que cerrar", apunta Miguel Vílchez, el todavía gerente de las salas. El edificio es propiedad de la familia Vinuesa, que vive en el País Vasco, y la empresa Nuevo Tráfico es la que tiene arrendado los multicines que, a su vez, cedió para su explotación a Función Privada, de la que dependían los nueve trabajadores despedidos.

Era la crónica de una muerte anunciada y el retraso de estas dos semanas tiene que deberse a algún problema de tipo administrativo", continúa Vílchez. En este tiempo, los cines de Solarillo de Gracia han ido renovando la cartelera pero sin programar ningún estreno. Y la afluencia de público ha crecido "notoriamente" por el precio de las entradas, que se puso en 3 euros como "homenaje" a los clientes. "Pero este no va a ser el último que cierre en España, van a caer muchos más porque la situación es crítica con la bajada del número de espectadores y por la necesidad de adaptar las salas al cine digital, lo que implica una inversión que muchos cines no pueden asumir", continúa Vílchez sobre el cierre de un espacio que deja al Madrigal como el único cine del centro de Granada que continúa proyectando estrenos contra viento y marea. El gerente de Multicines, que lleva 12 años en la empresa, lamenta la situación de todos los empleados, algunos de los cuales llevan más de 20 años acudiendo cada día a su cita con el cine. La situación es especialmente delicada en el caso de los proyeccionistas, una profesión que parece tiene pocas salidas con el actual panorama.

Hemos estado orientados a un cine más minoritario que, lógicamente, tiene un público también muy minoritario y llega un momento en el que las pérdidas son insostenibles y no se puede pagar la renta a los dueños", explican fuentes de Multicines Centro. "Si estos cines fueran propiedad de la empresa que los explota se podría al menos cubrir gastos, pero al tener que pagar una renta se hace inviable", continúan desde la empresa, donde no tienen constancia que se cierna sobre el edificio alguna operación urbanística.

Función Privada es una empresa familiar que se dedica "en exclusiva" al cine y que tiene su sede en Chiclana. "Hemos buscado llegar a algún acuerdo con la propiedad porque hay que hacer grandes inversiones en maquinaria con la llegada del cine digital y el negocio no da para eso pero no hemos tenido respuesta", lamentan.

Según los expertos, las proyecciones en 35 milímetros casi habrán desaparecido el próximo año. "Nosotros vivimos del cine", afirman aunque admiten que el verdadero negocio son las palomitas. "El 90% de los cines viven de estos ingresos porque en la exhibición de películas la distribuidora se lleva cerca del 70%".

Mientras, el antiguo cine Goya de la calle Puentezuelas, donde se estrenó West Side Story, sigue acumulando polvo sin que el boom inmobiliario de los últimos años consiguiera al menos convertirlo en un bonito bloque de apartamentos. En 2007 le llegó el turno a los cines Aliatar, convertidos ahora en una discoteca donde, en el mismo lugar en el que se ubicaba la pantalla, hay ahora una fabulosa exhibición de botellas de ginebra. Sobrevive el Madrigal de la Carrera de la Virgen aunque también se enfrenta a la inquietante llegada del 3D. Ahora parece que llega el cierre definitivo de los Multicines de la fachada azul...