Cine

'Las Niñas' de Pilar Palomero desembarca en Granada en la pantalla del Cine Madrigal

  • El público podrá ver desde este viernes la película que se ha llevado la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga

Natalia de Molina y Andrea Fandos, madre e hija en 'Las niñas', de Pilar Palomero.

Natalia de Molina y Andrea Fandos, madre e hija en 'Las niñas', de Pilar Palomero.

Arranca la vuelta al cole y llega a la cartelera Las Niñas de Pilar Palomero, una de las películas más importantes de este extraño año cinematográfico. El público podrá verla desde hoy en el Cine Madrigal con cuatro pases al día (16:00, 18:05, 20:10, 22:15). Dentro de un contexto complicadísimo donde las plataformas están aprovechando para clavar hasta el último clavo en el ataúd para enterrar a las salas, el amante del cine se encuentra unos últimos meses de estrenos un tanto atípicos y extraños por todas las circunstancias que envuelven la "nueva normalidad".

La ópera prima de Palomero pudo verse en pases de prensa poco antes de que se declara el estado de alarma en nuestro país. Tras ello, el filme estuvo esperando su gran momento, que es ahora. Las Niñas aterriza en las salas españolas después de superar la gran prueba de fuego, el Festival de Málaga, donde fue sin lugar a dudas la justa vencedora con la Biznaga de Oro (mejor película), y por si hubiera alguna duda también consiguió el premio Feroz de la Crítica, materializando así de que hasta el momento es lo mejor del cine español en 2020.

El largometraje de la zaragozana narra algunos acontecimientos que vivió de pequeña, por lo que su experiencia personal es inseparable de esta cinta. Pero también lo es para todos y todas que crecieron en los primeros años 90 donde el socialismo comenzaba a tambalearse por casos de corrupción, España entraba en una Europa en verdadera crisis por el estallido de la Guerra de los Balcanes y las campañas de preservativos inundaban las marquesinas para concienciar de las enfermedades que golpearon a la juventud "en aquellos maravillosos años 80", todo ello está de fondo en este gran debut.

Es hasta el momento lo mejor que ha ofrecido el cine español en 2020

El acierto de la cinta es que su directora en su puesta en escena se "olvida" de las palabras –la preeminencia de estas es uno de los grandes problemas que lleva arrastrando el cine español desde hace mucho tiempo– para centrarse en lo que nos dicen las imágenes, concretamente en el punto de vista de Celia –excelente interpretación tanto de Andrea Fandos como de todas "las niñas"–, una niña de 11 años que empieza a tomar contacto con la adolescencia en esa España que comenzaba a ver como sus cimientos de progreso político, económico e institucional se tambaleaban.

Lo más lucido de la película es cómo Palomero inserta todo el contexto histórico sin subrayarlo –véase una televisión suena de fondo con una comparecencia de Felipe González defendiéndose de acusaciones del Partido Popular– y lo verdaderamente "importante" son las vivencias de su protagonista, Celia, figura femenina que crece con el trauma de la ausencia paterna y cuidada por una madre soltera (Natalia de Molina) –que con breves apariciones refleja la ética del cuidado– en unos años 90 que a simple vista parecen soleados pero transmiten una sensación de poca felicidad y llena de vacíos.

Otro de los aciertos es que la directora no se queda sólo en lo general, sino que explica mediante sus imágenes y el sonido cómo la cultura pop nos moldeó, ya fuera a base de intercambios de casetes de grupos nacionales (en este caso Héroes del Silencio o Los Niños del Brasil) o viendo la parrilla televisiva donde tenían cabida desde dibujos animados (Los Fruittis) hasta la telebasura que campaba a sus anchas con programas sonrojantes.

Lo doloroso del filme es contemplar aquellos años de descubrimiento que ni fueron tan gloriosos ni fuimos campeones, fue el momento en el que todo empezaba a tambalearse y nadie se sentó a hablar con nosotros. En realidad, nadie se sentó a hablar sobre nada y por ello como país arrastramos demasiados problemas (políticos, económicos, históricos y sociales) desde hace demasiado tiempo. De hecho, hemos cambiado tan poco que las mismas sillas y mesas verdes que aparecen en el colegio de monjas donde Celia estudia siguen poblando todavía algunos colegios públicos y ponen en evidencia que nuestro sistema educativo ha preocupado muy poco (o nada) a las altas administraciones, muestra de ello es la incertidumbre de docentes, padres y alumnado por la vuelta al colegio en el contexto pandémico actual.

Lo más lucido de la película es cómo Palomero inserta todo el contexto histórico sin subrayarlo

Sin embargo, Palomero expresó en la rueda de prensa del Festival que ella ha querido mostrar el contexto tal como lo vivió y no señalar a nadie. Acertada respuesta que refleja que quizás en España estamos demasiado acostumbrados a que nos señalen cómo mirar antes que obtener nuestra propia mirada.

Resulta curioso cómo en estos últimos años el cine español ha cuestionado a través de diferentes relatos esa desmitificación de los 90. No sólo el hecho de hacerlo es llamativo, sino que estos directores y directoras han demostrado poseer una mirada particular (otro de los problemas de nuestro cine, la falta de mirada) además de que son ya varios y variados los casos: Grupo 7 (Alberto Rodriguez, 2012), Verano 1993 (Carla Simón, 2017), Verónica (Paco Plaza, 2017) o la reciente La Mort de Guillem (Carlos Marques-Marcet, 2020), esta última proyectada también en el Festival de Cine de Málaga pero fuera de concurso.

Lo llamativo no solo es cómo Las Niñas al igual que Verano 1993 o Verónica están ambientadas en esos primeros años 90, sino que las tres despliegan un evidente discurso feminista de mujeres que empiezan a tener una mirada propia, ya sea a través del paso de diferentes etapas de la vida, la transición de ser niña, adolescente o mujer en un contexto difícil, concretamente de incomprensión hacía la orfandad y ausencia de figuras paternas y familiares, donde la pérdida de inocencia de estos personajes tiene lugar en el mismo momento que el avistamiento de las grietas de la España democrática.

En definitiva, Las Niñas se erige como una de las propuestas más interesantes del año, una película llena de sensibilidad y rigor visual donde su directora nos ofrece un viaje hacia atrás en el tiempo en el que la pérdida de la inocencia es necesaria para conformar una mirada como la que cierra la película (es difícil acabar una película mejor) sin necesidad de un contraplano condescendiente que conceda el visto bueno.

La directora zaragozana Pilar Palomero La directora zaragozana Pilar Palomero

La directora zaragozana Pilar Palomero / Jorge Zapata / Efe

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