El sector discográfico anda convulso y hasta la Filarmónica de Berlín, que durante años fue el emblema de Deutsche Grammophon, publica ahora sus discos en un sello propio. En este contexto, la Orquesta Ciudad de Granada (OCG) retomó ayer su actividad editorial en el Auditorio Manuel de Falla con la grabación de un disco monográfico con los tres conciertos para instrumentos de metal y orquesta de Juan José Colomer. Cinco años después de su última aventura discográfica, la OCG se vuelve a enfrentar a los micrófonos, "el oído más cruel que existe", según explica José Luis Estellés, el director de la orquesta para esta grabación y el responsable del proyecto.

"Es un disco que va a marcar una época porque son composiciones que no se han grabado antes para ningún sello y son estrenos mundiales, aparte de que no conozco ningún caso en la música española con un disco de este tipo", subraya Estellés en un descanso de la grabación. Para estos días, el director tiene previsto seguir un mismo esquema de ensayo con la orquesta y otro posterior con los solistas, antes de abordar la grabación. "Esto sería impensable sin la calidad de estos músicos y sin la presencia de solistas tan prestigiosos como Luis González y Javier Bonet o la presencia de la Spanish Brass Luur Metall, que son instituciones en su terreno a nivel internacional".

Muchos de los músicos que están concentrados en el Auditorio Falla son viejos amigos y, hace casi 30 años, coincidieron en la Joven Orquesta Nacional, con la que precisamente Estellés regresa este verano para un concierto en el Festival de Música y Danza.

El repertorio de la OCG en temporada está sometido a restricciones por el tema de alquileres de partituras, pero el proyecto de la Fundación BBVA le permite en esta ocasión salir del repertorio clásico para apostar por la música contemporánea. "Con los mimbres que tenía era un proyecto predestinado a esta orquesta, una formación que llevaba un tiempo sin grabar pero que tiene discos que son referencia de la música", continúa Estellés, músico valenciano según el DNI pero que lleva décadas viviendo en el Albaicín a escasos cien metros de otro director de prestigio internacional, Pablo Heras-Casado.

Para Estellés, el silencio discográfico de esos años de la OCG viene dado más bien por las restricciones de las propias discográficas, "aunque es verdad que la OCG usó en el pasado recursos propios para grabar discos".

En este sentido, el director pone como ejemplo a la Filarmónica de Berlín, que retransmite por streaming toda su temporada de conciertos con Estellés, abonado desde hace tiempo, como uno de los ilustres espectadores a distancia. "Tienen una estructura y unas herramientas para llegar a todo el mundo. Antes, las discográficas eran la única herramienta posible, pero este es un proyecto que, para la OCG, necesitaría una infraestructura y una inversión, una financiación específica y parece que no están los tiempos para eso, pero sirve como ejemplo para ver qué se está haciendo en otros sitios y nuestra orquesta tiene una calidad que la hace exportable a cualquier rincón del mundo", concluye.