Héctor Eliel Márquez ha levantado aplausos este fin de semana en el Auditorio Manuel de Falla con el estreno absoluto de su obra La Madre, donde una mujer embarazada sueña con su hijo, con sus rasgos físicos, con la vida que le espera y se atemoriza con qué angustias y miedos le asaltarán. Una obra que parte del poema de José Antonio Muñoz Rojas del mismo nombre, pero donde coexisten textos muy diversos: desde Federico García Lorca a Antonio Carvajal pasando por fragmentos del Antiguo Testamento. En la actualidad, este granadino nacido en 1979 dirige el Coro de la Orquesta Ciudad de Granada, la Schola Puericantores de la Catedral y la agrupación vocal Numen Ensemble, entre otras ocupaciones musicales.

-Cómo ensambla textos tan diferentes?

-El título de la obra viene por el nombre del primer poema que escogí, La madre, de Jose Antonio Muñoz Rojas. Se trata de un poema muy especial que conocí en la Universidad gracias a las clases de métrica de Antonio Carvajal, donde el poeta pone voz a una joven madre embarazada. A partir de esa misma pieza comenzaron a salir las demás, como si fueran hijas suyas.

-Seguro que pensó en su madre a la hora de componer...

-Cómo no pensar en mi madre en una obra con este título. A ella está dedicada la primera pieza, y desde luego que si esta obra puede resultar particularmente sincera es porque nace del profundo amor que le tengo.

-¿A quién se dirige su música?

-En general, se dirige a todo aquel que ha nacido de una Madre. No pretendo hacer música elitista, si bien también me exijo que pueda tener varias lecturas e intento que en el análisis ulterior resulte tan atractiva o más que en la primera escucha.

-El público le ha aplaudido mucho este fin de semana, pero ¿cuál es el mejor comentario que le han hecho?

-El silencio de un hombre a quien admiro y que me dijo no saber qué decir por primera vez.

-Su obra ha formado parte de un programa donde también se escucharon trabajos de un compositor tan prestigioso como Juan-Alfonso García...

-Fue un gran honor estrenar en un concierto dedicado a Juan-Alfonso García, de quien tuve la suerte de recibir algunos consejos. A él se dedica íntegramente, además, mi segundo trabajo discográfico con Numen Ensemble, La corriente infinita. Juan-Alfonso es el gran maestro granadino de la música coral del siglo XX y su influencia se deja sentir en todos los que hemos venido y vendremos detrás de él.

-¿Próximos proyectos?

-Componer una cantata épica para coro y conjunto instrumental. Ya he empezado y estoy muy ilusionado. Por otra parte, tengo también muchas ganas de seguir trabajando con el Coro de la OCG y con su nuevo Joven Coro, nacido hace tan solo unos meses, pero que ya apunta muy arriba.

-Dobló usted a un famoso actor que debía tocar el piano en una película...

-¡Sí! En efecto fui coach y doble de Elijah Wood en la película Grand Piano. Fue una experiencia memorable, y es curioso que lo menciones, porque recuerdo como justamente en los casi tres meses que duró el rodaje, entre plano y plano corría rápidamente a una esquina del plató a seguir trabajando en la orquestación de esta obra que se acaba de estrenar.

-Es usted director titular del Coro de la OCG, ¿cómo influye esta responsabilidad en su trayectoria?

-La OCG es una institución fundamental en la ciudad, un baluarte de la más alta cultura y el mejor sitio donde un joven músico puede aprender, ya sea yendo a sus conciertos, cantando en su coro o tocando en su Joven Academia. Tuve la suerte de estar en el coro desde sus inicios y de haber trabajado varias veces como pianista acompañante, incluso contratado como organista. Todas estas experiencias, que culminan en este este estreno, han contribuido como pocas a forjar mi personalidad musical.

-Se ha formado en el Conservatorio Victoria Eugenia de nuestra ciudad con maestros como José Luis Hidaldo. ¿Qué supuso?

-Empecé a estudiar música a los 7 años, después de que me regalaran una melódica y quedara absolutamente fascinado.