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Odio entre familias, crimen en familia

  • Un libro realizado por dos investigadores revela la implicación de parientes lejanos de Valderrubio en la detención y asesinato del poeta Federico García Lorca

En el asesinato de Federico García Lorca, el 18 de agosto de 1936, no sólo concurrió la maquinaria de matar que había engranado el nuevo gobernador civil de Granada, José Valdez Guzmán, sino también familiares lejanos del poeta que sentían odio por él y por su padre, Federico García Rodríguez. Ésa es la tesis que sostiene un nuevo libro, Historia de una familia: la verdad sobre el asesinato de García Lorca, de Miguel Caballero Pérez y Pilar Góngora Ayala. El libro será presentado por la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres, el próximo lunes día 17.

La obra, publicada por Ibersaf Editores, presenta una diferencia con el resto de publicaciones aparecidas hasta ahora referidas al asesinato del poeta granadino. "Hemos desarrollado un estudio científico-histórico", explica uno de los autores, Miguel Caballero. "Nosotros no nos hemos basado en relatos de tradición oral, que siempre presentaban pequeños errores, sino en documentos absolutamente contrastados".

Caballero, investigador del Instituto de Estudios Históricos del Sur de Madrid Jiménez de Gregorio y cronista oficial de Láchar, y Pilar Góngora habían comenzado a realizar una tesis sobre la figura del padre de García Lorca y la adquisición de su patrimonio a lo largo de los años cuando descubrieron que las rencillas económicas y políticas que mantuvo con familias de la que era pariente, como los Roldán y los Alba, en Asquerosa, hoy Valderrubio, pudieron haber desembocado en el asesinato del autor de Bodas de sangre. Los dos investigadores ofrecen en el libro una genealogía completa de la familia García Lorca que llega hasta el año 1773 y que la emparenta con las familias Roldán y Alba.

"Vimos que a lo largo de cincuenta años, la familia García Lorca tuvo problemas con esas otras dos familias y que hubo venganzas económicas", afirma Caballero. "La gota que colmó el vaso fue la escritura de la obra La casa de Bernarda Alba, que era una venganza del propio Federico García Lorca hacia la familia de los Roldán".

El libro hace un exhaustivo análisis de las relaciones endogámicas familiares que había en la Vega de Granada y cómo Federico García Rodríguez tuvo relaciones de negocios con personajes que posteriormente estarían implicados en el asesinato de su hijo, como Horacio Roldán, quien posteriormente sería uno de los cabecillas de la sublevación fascista en Granada.

Fue Horacio Roldán, precisamente, uno de los participantes en uno de los registros que los fascistas hicieron en la Huerta de San Vicente, registro que posteriormente impulsaría a Lorca a buscar protección en la casa de los hermanos Rosales y que culminaría con su detención y asesinato.

Otro faccioso, Juan Luis Trescastro, miembro de Acción Popular y amigo de Ramón Ruiz Alonso y Horacio Roldán, declaró en su día haber participado directamente en la ejecución de García Lorca. Incluso se vanagloriaba de haberle metido al poeta "dos tiros en el culo por maricón". Benavides está hoy enterrado en el panteón de unos antepasados de García Lorca en Santa Fe.

"En la muerte de García Lorca hubo un círculo político en el que estaban integrados Ramón Ruiz Alonso y José Valdéz Guzmán, y también otro círculo familiar", dice Miguel Caballero.

Los dos autores del libro sostienen que la familia Roldán, íntimamente ligada por parentesco a la familia Alba, de Asquerosa, estaban al tanto de los detalles escabrosos de La casa de Bernarda Alba, inspirada en ciertos detalles en la vida de Francisca Alba. La obra, que no se estrenaría hasta 1945, después de la muerte de Federico García Rodríguez, en 1945, porque éste se negó a ello ya que muchos de sus amigos aparecían en ella, era un ataque feroz de Federico García Lorca a esa familia. Para ello utilizó muchos nombres reales y hechos auténticos. La propia madre del poeta le había pedido que, al menos, cambiase los nombres de los personajes.

A través de un entramado de nombres, desencuentros familiares y políticos, los autores de la obra desvelan la relaciones de amor y odio que existían entre las tres familias y que confluyeron en la muerte de Lorca. "Cuando Federico García Lorca decidió regresar a Granada, se metió directamente en la boca del lobo, porque aquí ya lo estaban esperando con los cuchillos afilados", sostiene Miguel Caballero.

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