Omar Jerez contra el cuarto Reich
El artista granadino de madre judía protagoniza mañana una 'performance' en Berlín en la que se encerrará con ocho neonazis para denunciar el auge del fascismo en Europa
El artista granadino Omar Jerez partió ayer mismo rumbo a Berlín, donde mañana se encierra con ocho neonazis durante dos horas para crear una performance que lleva por título 88 credos de Adolf Hitler sobre la Torá. De madre judía y padre palestino, Omar Jerez realiza el viaje en coche para no tener problemas a la hora de entrar en Alemania, ya que esta iniciativa podría considerarse delito en el país de Angela Merkel por enaltecimiento del nazismo, lo que conlleva penas "de entre cuatro y ocho años de prisión". Por esta razón, este encuentro entre el artista de la kipá y los que tienen el Mein Kampf como Biblia será en un lugar secreto. "Tanto que ni yo mismo sé dónde va a ser", explica el creador poco antes de embarcarse en una nueva aventura, después de convertirse en Ortega Lara y encerrarse en un zulo o aparecer por la zona de las herriko tabernas de San Sebastián como si acabase de sufrir un atentado de ETA.
"Quiero denunciar el auge del nazismo y de la extrema derecha en Europa, así como las continuas falacias que acusan al pueblo judío de querer dominar el mundo o estar detrás de las guerras y de la crisis", apunta el creador de piezas como Estados unDiós, que de momento, y fiel a su iconografía, ya ha creado una imagen en la que aparece con kipá, con unas zapatillas Nike, sacando la lengua y orinando sobre una esvástica. Las zapatillas son un homenaje a EEUU y su expresión facial un tributo a Reino Unido simbolizado en la imagen de marca de los Rolling Stone. "Son los únicos países merecedores de admiración por su papel en la II Guerra Mundial, porque Francia queda deslegitimada por su colaboracionismo y por entregar a los judíos al exterminio y la URSS tenía a Stalin, el peor criminal del siglo XX y el asesino de más de 20 millones de personas", afirma el granadino.
88 credos de Adolf Hitler sobre la Torá es bastante más que una propuesta mediática que hará, como su trabajo con Ortega Lara, que para unos sea un modelo de compromiso y de atrevimiento y para otros una simple salida de tono. "Pero no podemos olvidar que los partidos nazis son la segunda o tercera fuerza política en muchos países de Europa, como Hungría, Suecia, Suiza o Francia con Le Pen, hay que tener presente que el nazismo comenzó con 18 personas y acabó desembocando en la II Guerra Mundial, con lo que no viene mal mirar hacia atrás para tener cuidado y ser más taxativos con las leyes para que estos partidos no puedan estar dentro de una democracia", afirma.
Así que Omar Jerez se enfrenta mañana a ocho neonazis -"dos de ellos con delitos de sangre"- para echarle un pulso dialéctico. "Puede que haya silencios, palabras o más que palabras", apunta el artista sobre una cumbre en la que la lengua oficial será el inglés y en la que estará acompañado de dos colaboradores que fotografiarán y filmarán este insólito encuentro, además de garantizar su seguridad personal.
De hecho, uno de ellos es un joven anarquista alemán, amigo de Omar Jerez, que es quien ha reclutado a los neofascistas. Pero, ¿cómo ha conseguido que se presten a colaborar en una pieza que es un disparo en la línea de flotación de su ideología? "Mi amigo anarquista es a su vez amigo de la infancia de uno de los neonazis que van a participar", responde sobre una iniciativa que, de alguna manera, viene también a recordar a Carlos Palomino, asesinado en 2007 en Madrid por un neonazi. Sobre este punto, Jerez consultó a David Reymonde, "uno de los tres mayores expertos de Europa en el mundo neonazi", para conocer las razones últimas de sus adversarios. "En su opinión -señala Jerez- ellos también van a utilizar mi persona para jugar a falsos demócratas porque ahora mismo están en juego en Alemania 650.000 votos para un partido pronazi, con lo que no les interesa matar a un judío español en este contexto en el que quieren disfrazar sus ideas para acceder al poder".
Para el artista, esta pieza es extremadamente arriesgada y es una muestra de su vocación de "reportero de guerra". "Un judío delante de ocho nazis 70 años después, pero con la diferencia de que ahora no hay miedo, es un ejercicio de reflexión porque la crisis económica ha hecho que esta ideología vuelva a tener un auge importante", continúa sobre un movimiento que, en España, "es caricaturesco". Omar Jerez ya está viajando a Alemania para mostrar de nuevo una visión del arte alejada de los museos visitados por espectadores con ropa de domingo; para él, las creaciones tienen que remover al espectador, aunque acaben en un vómito.
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