Philip Kerr sopesa acabar con tres libros más su serie del detective Bernie Gunther

La octava novela de su serie, 'Praga mortal', sitúa a su protagonista a finales de 1941

El escritor escocés Philip Kerr.
El escritor escocés Philip Kerr.
José Oliva (Efe) / Barcelona

23 de mayo 2012 - 05:00

El escritor escocés Philip Kerr sopesa la posibilidad de cerrar la serie de su detective de la Alemania nazi, Bernie Gunther, con tres nuevas entregas, mientras ha comenzado a ensayar con otras novelas del género negro de corte distinto.

A las siete novelas protagonizadas por Gunther, acaba de sumar una octava, Praga mortal y ya está preparando una novena, ambientada en la ciudad bielorrusa de Smolensko.

Kerr explica que escribe "entre las líneas de la historia y de historia queda la que queda", al tiempo que revela que está escribiendo el noveno texto, "que es el triple" de lo que pensó inicialmente. Tras asegurar que le persigue la maldición de la mayoría de los autores de novela negra, de "haber escrito demasiado", Kerr piensa que "como máximo" le quedan "otras tres", pero no se ve escribiendo más de Bernie Gunther "dentro de diez años".

Praga mortal (RBA/La Magrana) sitúa a Gunther a finales de 1941 y principios de 1942, cuando tiene unos 45 años, y la represión a los judíos se recrudece en Berlín y Alemania se anexiona los Sudetes checos y nombra protector de Bohemia y Moravia a Reinhard Heydrich, una de las figuras más controvertidas del régimen nazi.

Heydrich, es, en opinión de Kerr, "el nazi arquetípico, que produce fascinación del mismo modo que Drácula". Aunque "parece un personaje muy potente y tiene un aire autosuficiente" al modo germánico, Heydrich es el único alto cargo nazi que fue asesinado. Recordó cómo Heydrich "fue arquitecto de la 'solución final' de los judíos en la Conferencia de Wannsee" y seis meses después acabó asesinado, "como si hubiera un sentido de la justicia". El autor de la serie Berlin noir opina que "para escribir de un personaje y hacerlo creíble, primero se le debe conocer como ser humano, se debe intentar descubrir qué es lo que le hacía vivir, qué le hacía moverse, y eso no le convierte en más simpático, sino más horrible y temible".

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