Pianobomba es el proyecto, uno de los proyectos, el último y más duradero, del inquieto Isaac Aguilera, un músico jienense afincado en Granada, cuya cabeza no ha dejado de inventar música desde hace más de veinte años. En su periplo musical y vital no ha querido darle la espalda a ninguna tendencia, pues en todas ha encontrado interesantes lecciones que tomar y en esa forma de hacer camino al andar nos ha dejado muestras muy eclécticas y diversas de su talento.

Desde el pop colorista y casi naif de El Joven Isaac y Flores Para La Máquina, con el que, aún en los noventa, se dio a conocer en la escena granadina, sorprendiendo por su mezcla de pop ochentero y protoelectrónica, hasta sus coqueteos con el jazz o con la electrónica más experimental en Domestic.

De un tiempo a esta parte, alternando su militancia en los reputados Apache, es Pianobomba el nombre que le sirve de máscara para sus siempre chispeantes ideas musicales. Con él ganó el Concurso Lagarto Rock de Jaén en 2008 y tras experimentar en diversas etapas, actualmente factura una mezcla de rock, groove, blues, electrónica y pop psicodélico.

El grupo lo forman, además del propio Isaac a los teclados, la guitarra y la armónica, Jacqueline Aguilera a la percusión, Carmen Pérez Sierra al acordeón y los coros, Pedro Bria al bajo y los coros, y Alba Torrebejano al violín, la guitarra y los coros. Este año se han dedicado a presentar su último trabajo, el disco La Gran Hamburguesa Cajuna (Canciones Para Animales Perdidos), por salas de aquí y de allá. Se trata de un álbum grabado en Halo Estudio y producido por el propio Isaac, cuyas melodías de apariencia sencilla son un acercamiento, como sugiere el título, al sonido cajún desde una visión personal, en la que adquieren especial protagonismo el violín y el acordeón para pintar ese paisaje sonoro fronterizo que se funde con el blues, una interesante propuesta que esta noche recala en La Sala.