Pierre Bayard presenta 'Cómo hablar de los libros que no se han leído'
Pierre Bayard, uno de los ensayistas más notables del panorama intelectual francés actual, invita a los jóvenes a afrontar la lectura como "un acto de libertad", una tesis que defiende en su libro Cómo hablar de los libros que no se han leído, primer ensayo que publica en España. En la presentación, el ensayista galo recordó que que su libro forma parte de "una serie que insiste en la libertad de la lectura", y quizá el primer paso sea "desacralizar" el papel que la literatura ha guardado para el autor como un ser infalible. Bayard es autor de una trilogía en la que analiza conocidos textos de la novela policíaca para "demostrar que grandes autores se han equivocado con el asesino".
De este modo, Bayard, metido en el traje de un detective de detectives, ha descubierto que "Hercules Poirot se equivoca con el culpable en El asesinato de Roger Ackroyd; que Shakespeare yerra en Hamlet cuando atribuye a Claudio el asesinato de su padre, o que Sherlock Holmes está desacertado al pensar que el asesino es el perro de Baskerville".
Bayard se confiesa un "apasionado" de la novela negra, sobre todo la anglosajona, y a partir de esa afinidad construye un doble libro, "dos por el precio de uno", ironiza. "Tenemos, por un lado, un ensayo de reflexión teórica y sociológica y, por otro, una novela policíaca en la que demuestro que el expediente original se cerró en falso, y no contento con revisar el dossier policial de la investigación y demostrar que el asesino era inocente, también descubro al auténtico culpable".
Con todo esto, Bayard trata de demostrar que "la lectura hace que el texto sea móvil" e intenta transmitir "una visión desculpabilizadora de la lectura, una visión que a menudo se contradice con ese sentido de obligación que existe en las escuelas".
Frente a la falta de libertad de creación que la tradición impone, Bayard invita a los lectores a crear, "a cambiar los libros, el asesino". En respuesta a algunas voces críticas, especialmente en Gran Bretaña, el ensayista francés se defiende: "No pretendo que la gente no lea, porque soy un amante de los libros, pero se debe leer con libertad y con creatividad".
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