Descarnadamente realistas, los poemas de Eva Vaz y José Luis Piquero sonaron ayer en el Hospes Palacio de los Patos, donde ambos escritores ofrecieron una lectura en el marco del ciclo Poesía en el Palacio a la que acudieron otros autores como Andrés Neuman.

Con el nexo común de la autenticidad -así lo aseguraron los propios autores al explicar que los versos de uno y otro tienen en común que "de ellos se desprende la evidencia de que lo que leemos no es ficción, sino experiencias que hemos vivido"-, Vaz repasó varios poemas de su trayectoria literaria, configurada por Ahora que los monos se comen a las palomas (2001), La otra mujer (2003), Leña (2004) y Metástasis (2006).

La onubense, circunscrita en un primer momento a la Poesía de la Conciencia, que está más preocupada por el fondo ético que estético y se caracteriza por un compromiso social relevante, ya prepara su próxima obra, Frágil, y una antología poética para 2009 que espera que tenga más difusión que sus obras anteriores.

Por su parte, el crítico literario y traductor ovetense José Luis Piquero, cuya obra se emmarca en la Poesía de la Experiencia, optó por recitar poemas de sus tres obras -Las rutinas (1989), El buen discípulo (1992) y Monstruos perfectos (1997), esta última finalista del Premio Crítica- reunidas en el volumen Autopsia (2004), galardonado con el Premio ojo Crítico y el Premio de la Crítica de Asturias.