chema caballero. director de Nose Theater Company

"Pretendemos divertir a los niños y que los padres no bostecen"

  • El Teatro de CajaGranada acoge mañana la puesta en escena de 'Nador, el niño pez'', sobre el niño refugiado sirio que murió ahogado en una playa turca

No levantaba tres palmos del suelo cuando se subió a un escenario por primera vez. Le gustaba memorizar cuentos infantiles que venían en las cintas de cassete. O se acercaba al televisor siempre que salían los títeres de la Bruja Avería o los Fraggel Rock. Cuando quería algo le echaba teatro. A sus padres los traía fritos, hasta que comprendieron que al niño le iban las tablas. Han pasado veinticinco años desde aquellos primeros pasos. Hoy, Chema Caballero, titiritero y licenciado en artes escénicas por partida doble, primero como intérprete y después como director de escena, tiene su propia compañía de teatro profesional: The Nose Theater Company. Mañana en el Teatro de CajaGranada (11 y 12:30 horas) nos presenta su último trabajo: Namor, el niño pez, un espectáculo familiar con el que homenajea al pueblo sirio.

-¿Cómo surgió la idea de crear un espectáculo de estas características?

-Hace algunos años trabajé como actor en una compañía que se dedicaba al público infantil. En sus espectáculos apremiaba lo irrisorio por encima del contenido y supongo que esa experiencia me hizo reflexionar sobre la importancia de dotar al teatro para niños del valor que merece. Cuando hace un año las noticias de la guerra en Siria golpeaban el corazón del mundo occidental llegó la aterradora imagen de un niño de apenas tres años ahogado en una playa de Turquía. Ese niño, cómo tantos otros a los que nunca pondremos nombre, era un inocente que murió por culpa de las malas decisiones de hombres grises que, alguna vez, fueron niños también. Mi deber como hombre de teatro es hablar de lo que me conmueve y hacer reflexionar a los espectadores de todas las edades sobre la realidad que azota del mundo en el que vivimos.

-Lo de teatralizar la tragedia de un niño… ¿no es un tema delicado para un público de tan corta edad?

-Sin lugar a duda y, como tema delicado, lo hemos tratado con la delicadeza que merece. Cuando contaba a mi círculo de confianza que quería hablar de la crisis de refugiados en un espectáculo familiar fueron muchos los que me dijeron que no era una buena idea. Aún así decidí seguir adelante porque pienso que hay que hacer caso a los dictámenes del corazón. Cuando antes de sentarme a escribir pensaba en el texto lo imaginaba rebosante de poesía y sensibilidad. No podía ser de otra forma. Quería un alegato a la paz y a la tolerancia. Un espectáculo con el que los más pequeños pudieran divertirse junto a sus padres sin que estos bostezaran o hablaran entre ellos ajenos a la historia que les contábamos. Creo haberlo conseguido.

-Por lo visto no es el único texto controvertido que tiene la compañía…

-Queremos marcar la diferencia apostando por temas de los que otras no se atreverían a hablar. Hace unos meses, por ejemplo, el Área de Igualdad de la Diputación de Granada nos encargó un espectáculo infantil que tratara la igualdad de género. Nosotros apostamos por hablar de transexualidad pero lo hacemos a través de la retórica. Elisa, que así se llama la protagonista de ese espectáculo, tiene un secreto que no se atreve a contar. Ella no se siente niña, se siente pájaro. Por eso digo que hay muchas formas de afrontar estos temas sin herir la sensibilidad de la infancia.

-Y ¿cree que en 'Namor, el niño pez' lo consigue?

-No sólo eso. En esa delgada línea entre la ficción y la realidad transita nuestra fábula. Namor y su madre huyen de un país en guerra. Durante el viaje Namor se pierde y desde ese momento su objetivo será reunirse con ella. De modo que, para los pequeños espectadores, nuestra historia habla de un niño buscando a su mamá pero subyace en la simplicidad de la trama una historia más allá de las paredes del teatro de la que sólo sus padres y madres tienen la llave. Por eso no me gusta hablar de teatro infantil cuando me refiero a esta pieza. Namor, el niño pez es un espectáculo para toda la familia.

-Su trabajo se caracteriza por mezclar intérpretes y títeres. ¿Qué le lleva a trabajar de este modo?

-El trabajo de un actor no es tan distinto al de un titiritero. El primero se expresa a través de su voz y de su cuerpo. Comunica desde sí mismo. El titiritero también lo hace pero a través de un objeto inanimado. Éste objeto al que llamamos títere se convierte aquí en un potenciador de esa comunicación. Por eso es tan importante para mi que el reparto esté formado por actores y actrices que comuniquen e interpreten bien pero, a su vez que sean capaces de hacerlo a través del títere. Cuando se produce esa comunión entre espectadores e intérpretes a través de un objeto que cobra vida se crea una ilusión, un momento mágico que los conecta con su infancia de algún modo. Es un instante muy especial y hay que verlo para vivirlo.

-¿Qué les diría a los lectores para que se acerquen al Teatro Isidoro Máiquez este domingo?

-Les diría que, si no conocen el trabajo de nuestra compañía, se animen a hacerlo. The Nose Theater promete no defraudarles.

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