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'El Principito' llega al Teatro Alhambra convertido en 'abuelo'

  • El veterano actorJosé Luis Gómez se mete en la piel del personaje de Saint-Exupéry en una versión que apuesta por la estética clown

El escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry ilustró El Principito dibujando a un tierno infante de pelo rubio y enmarañado. Ahora, Teatro de la Abadía muestra al personaje pasados los setenta años en una versión que llega esta noche y mañana al Teaetro Alhambra. La obra partió de una inquietante pregunta: ¿Qué ocurriría si el Principito no fuera interpretado por un muchacho sino por un actor veterano, José Luis Gómez, que se prepara para su último viaje y que escucha las lecciones, no de un viejo sabio, sino de una criatura joven, la luminosa actriz Inma Nieto?

José Luis Gómez, Premio Nacional de Teatro y reciente Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense, se acompaña sobre la tablas de Inma Nieto, quien asume una paleta de personajes que se cruzan con el protagonista de esta versión clown de la obra de Saint-Exupéry. Como en la obra original, está presentes el aviador, una rosa, un zorro o una serpiente, pero algo ha cambiado. El responsable de este cambio es Roberto Ciulli, uno de los directores menos convencionales y más activos, no sólo del teatro alemán, sino del panorama internacional.

José Luis Gómez, un actor que ha vivido en las tablas pero que es conocido por el gran público gracias a películas como La estanquera de Vallecas, está en edad de hacer el Rey Lear pero no ha dudado en dar un salto mortal para remover una obra que forma parte de la infancia de muchos. Su salto al imaginario colectivo tuvo lugar con su papel protagonista en la película Pascual Duarte, de Ricardo Franco. Después trabajó con cineastas como Armiñán, Bollaín, Brassó, Camino, Chávarri, Gutiérrez Aragón, De la Iglesia, Losey, Miró, Saura o Gonzalo Suárez.

En 1978, asumió la dirección del Centro Dramático Nacional, junto a Nuria Espert y Ramón Tamayo y dos años más tarde la del Teatro Español. Entre sus puestas en escena de esta época están La velada en Benicarló, de Manuel Azaña, y La vida es sueño, de Calderón de la Barca.

Su aparición como actor principal en El mito de Edipo Rey, dirigido por Stravros Doufexis, y Juicio al padre de Kafka señalaron su vuelta a la actividad privada. Desde 1992 ha estado centrado en la concepción, gestión y dirección del Teatro de La Abadía, que se inauguró en 1995 con el Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte de Valle-Inclán.Sus trabajos más recientes eb cine son Los fantasmas de Goya, de Milos Forman, y Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar.

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