arte

Pulcritud, belleza e intencionalidad plástica

  • La Casa Morisca del Oro exhibe una selección de obras de Mar Garrido, Mika Murakami, Francisco Lagares y Francisco J. Sánchez hasta el 15 de julio

El que esto les escribe lleva más de 35 cubriendo las exposiciones por casi todas las provincias de España. La crítica de arte es para mí algo más que una profesión; es un sentimiento y casi una devoción que profeso. En la mayoría de los casos, que uno asista a contemplar una exposición para después escribir de ella, es valorado por los artistas, galeristas, comisarios u organizadores y, en muchos casos, hasta se agradece. No es normal que te pongan impedimentos para entrar en una sala ni que te cobren la entrada toda vez que vas a realizar un trabajo que repercute en el artista y en la difusión de la propia exposición.

Pues bien, el miércoles pasado, después de desplazarme 300 kilómetros para ver la exposición que se presenta en el bello caserón de la calle Horno de Oro, me hicieron pagar la entrada pues no disponía del permiso del Patronato de la Alhambra, responsable del espacio donde se celebraba la muestra. Identificándome como crítico de arte del Grupo Joly -les indiqué, por si no lo sabían, que se trataba del grupo que edita -, la señorita, muy amable y cumpliendo en todo momento con su trabajo, después de consultar con su superiora, me indicó que le decían que para entrar gratis tenía que volver el domingo. Como no valía la pena nada de lo ocurrido. Pagué la entrada y todo solucionado.

Una vez asimilado el pequeño contratiempo; una buena muestra es el mejor antídoto contra las esquivas actuaciones; me autoconvencí de que debía escribir de la muestra colectiva Territorio Unificado, pues los artistas y su trabajo no tenían culpa de nada.

Cuatro pequeñas exposiciones, en otros tantos bellos espacios, te hacían reencontrarte con el exquisito, pulcro, serio y sutil trabajo de cuatro creadores con mayúsculas: Paco Lagares, Mar Garrido, Francisco J. Sánchez Montalbán Mika Murakami. Los cuatro artistas son de variada naturaleza plástica y estética que conformaban un todo expositivo lleno de solvencia creativa y absoluta dimensión artística. La obra que presentaban producían emoción, solidez, sapiencia y maestría.

En Granada, se sabe bien de la delicadeza artística de Lagares. El artista madrileño afronta todas sus obras con una manifiesta exquisitez, generando un estamento lleno de belleza y esencialidad. Para esta ocasión, ha elegido una serie de bellos paisajes idealizados que nos transportan a una realidad sublimada que retrotrae a la visión de aquellos jardines de connotaciones clásicas y suprema maestría. Hortus conclusus, realizados a témpera sobre papel, son ventanitas abiertas a un paisaje donde la rigurosidad y la asepsia marcan unas rutas de máximo esplendor creativo.

Garrido nos conduce por sus sabios argumentos fotográficos. Sus pequeñas obras nos sitúan en distintos paisajes de una absoluta belleza, que ella positiva con soberbia resolución artística. La pictoricidad de las Minas, con los colores tierras inundando de calidez las escenas; la minuciosidad representativa en los árboles impregnados de las notas sombrías del invierno, así como la contundencia formal que se desprende en sus Bosques, componen una realidad fotográfica llena de magia y entidad plástica.

Sánchez Montalbán nos sitúa en los segmentos de la mejor fotografía. Con un sentido de la plástica absoluto, convierte los más mínimos detalles del paisaje alhambreño en un cúmulo de posiciones formales para que desencadenen sus máximos estructurales, su obra magnifica artísticamente la esencia de lo representado. En sus fotografías adquiere máxima importancia el proceso conformador. Utiliza los líquidos de revelar como instrumentos compositivos para recrear supremos estamentos ilustrativos, llenos de belleza y sentido artístico.

Por último, la japonesa afincada en Granada, Mika Murakami, ofrece toda una lección artística con los elementos del grabado posicionando estructuras compositivas llenas de pulcritud e inteligencia formal. Juega con los vacíos para crear expectación y sustrae a la realidad sus fórmulas representativas habituales para estructurar un conjunto donde la huella de Oriente y Occidente se confunde para hacernos transitar por un universo de contrastes muy bien formulados.

Muy buena exposición que nos hace diluir el regusto desabrido de los ejercicios poco profesionales para con este medio de los responsables de la exposición.

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