La Pulquería para el broche de oro del festival

Como cada año, esta noche de sábado el Zaidín Rock clausurará su tercera velada de música en directo y con ella dará por concluida la actual edición, la trigésimo sexta de su dilatada y controvertida historia. Con Ilegales, será La Pulquería el grupo encargado de poner los últimos compases del certamen y al personal a gastar suela con su música de sudor y esencias. Formados en Valencia en 2000, La Pulquería ha regresado este año a los escenarios después de dos de ausencia para celebrar el décimo aniversario del trabajo que supuso su debut, Corridos de Amor, en cuyo título ya jugaban con los dobles sentidos y daban pistas acerca del batiburrillo de influencias que eran capaces de asimilar en su original propuesta. Dijeron de ellos que sonaban a paso fronterizo, a congestión de culturas extremas, que eran aplastantes, o que en su música confluía una fritanga de melodías, ritmos, riffs y estómagos trompeteros.

Fausto Taranto también hace de la fusión de géneros su leitmotiv, aunque la suya sea una propuesta más sesuda y alejada del espíritu festivo de La Pulquería. En su caso buscan el punto de encuentro del rock más extremo, sin tratar de tamizar ni desdibujar su origen y su vocación metal, de las formas más rotundas del metal, el death y el thrash metal, con las esencias del más ancestral flamenco. Antes que ellos serán otras dos bandas locales las que calienten el ambiente rockero del Zaidín, Chorrojumo y Los Térmicos. Los primeros son ya unos clásicos del rock áspero y urbano granadino, una maquinaria perfectamente engrasada de rock contestatario en español, sin pelos en la lengua, ideales para el Zaidín. Por su parte Los Térmicos se alinean más con el pop y el rock clásico de ascendencia anglo, aunque canten normalmente en castellano. Sus influencias hacen que sus canciones estén impregnadas de folk, de country, de psicodelia o de sunshine pop como lo entendían, por ejemplo, George Harrison o Tom Petty.