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Rafael Espejo: "En poesía, lo más importante es buscar y encontrar"

  • El escritor cordobés afincado en Granada publica su última obra, 'Nos han dejado solos', galardonada recientemente con el Premio de Poesía Emilio Prados

"Canción a hermano:/No hay conciencia más plena, /nada une tan hondo / como la muerte, / sólo en ella habitamos para siempre". Rafael Espejo (Palma del Río, Córdoba, 1975) se ha convertido en una de las voces más personales de la poesía española de los últimos tiempos. Eso se ve en su último libro, Nos han dejado solos, que obtuvo el X Premio de Poesía Emilio Prados y que acaba de ser editado. La reflexión sobre el sexo de una forma menos descarnada o la existencia frente a la muerte son los temas que, casi persistentemente, cruzas los versos de este poemario, un libro que el escritor quiso concebir como una especie de cancionero.

"Nunca me propuse establecer una idea respecto a este libro", comenta. "Son poemas que he ido acumulando desde el año 2001, cuando publiqué mi anterior libro, El vino de los amantes. No soy muy disciplinado y fui escribiendo a lo largo de cinco o seis años unos quince poemas. El año pasado decidí darle un empujón y escribí otros quince. Son poemas sueltos que tienen cierta unidad porque les he dado una estructura. He quiero hacer un libro más circular. Se trata de un poemario limpio, sin interferencias literarias".

Espejo reconoce, no obstante, que el sexo y la muerte están muy presentes. "Al comienzo del libro hay siete u ocho poemas amorosos que fui acumulando antes, cuando terminé el libro anterior. Tienen un deje parecido, pero el tono es menos carnal. Abren el camino hacia otro tipo de meditaciones más metafísicas, creo". "Otros poemas", añade, "hablan sobre la muerte pero no como un hecho estrictamente en sí mismo, sino como un planteamiento de la existencia".

El autor cordobés no se sintió muy sorprendido al saber que había ganado el premio. "Bueno, en realidad, me sorprendió tanto haberlo ganado como me habría sorprendido no haberlo ganado. Cuando uno se presenta a un premio literario es porque piensa que puede ganarlo. El libro había estado en otros premios y siempre había quedado finalista o había tenido algún tipo de mención. Yo sabía que era un libro que gustaba".

Espejo ya ha alcanzado su propia madurez y no se siente afectado por lo que ocurra literariamente en Granada, ciudad en la que estuvo viviendo desde 1993 hasta el año 2000. "Ya no tengo mucha relación con el mundo poético granadino. A Granada la tengo como el epicentro de la poesía y el punto al que siempre quiero volver. Pero creo que tengo más contacto con los poetas madrileños que con los granadinos", dice. "No creo que exista en sí la poesía granadina".

Respecto a su propio estilo, el poeta sí ha percibido un cambio en su obra. "Cuando uno habla de sí mismo, no tiene distancia. Pero cuando has terminado un libro, lo ves como algo ajeno, y sí percibo en él una evolución. Yo no aspiro a tener una voz. Lo interesante en la poesía no es tener una voz, sino buscar. Si uno no tiene nada que ofrecer, si uno no puede aportar cosas a los demás, lo mejor es dejarlo y dedicarse a otra cosa. Para mí, a la hora de escribir poesía, a la hora de hacer mi obra, lo importante es buscar y luego encontrar".

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