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Regreso al paraíso de Soto de Rojas

  • El Centro José Guerrero cerró ayer la instalación de su 'Proyecto Kiosco' con una lectura poética colectiva

La 'sucursal' del Centro José Guerrero en Plaza Bib-Rambla, el kiosco número 14, reunió ayer a numerosos nombres conocidos de la vida cultural de la ciudad y logró convertirse en el foco de atención de los visitantes que cruzaban el turístico espacio. El motivo de tanto interés es que sirvió de telón de una lectura colectiva de Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos, de Soto de Rojas. En un atril situado ante el singular fondo de ladrillos vistos rematados con un neón leyeron los versos del autor granadino poetas, literatos y creativos de la ciudad como Mónica Francés, Marga Blanco, Antonio Valverde, Mariló Orquín, Virgilio Cara, Iona Gruia, Carlos Gor, José Manuel Ruíz Martínez, José Carlos Rosales, Pablo Alcázar, Carmen Canet, Juana Sánchez, Diego Jiménez, Salvador Perpiñá, Nieves Muriel, Mónica Doña, Antonio Rodríguez, Trinidad Gan, Ángel Fábregas, Marta Badía, Jesús Ortega, Gabriel Cabello, Paco Baena, Alejo Pérez, Mauro Pérez, Manuel Merino, Amelia González, Carmen Martínez o Leonardo Sardiña, junto a varios niños y los espontáneos que se quisieron sumar al acto.

Con esta iniciativa se ponía el broche al proyecto promovido por Juan Antonio Sánchez (Cádiz, 1977) y Vicent Morales (Alburquerque-USA, 1976), una instalación que se inauguró el pasado mes de noviembre y que ofrece hoy la última oportunidad para poder verse. Se trata de una arquitectura efímera, un muro de ladrillos con el neón que evoca el título del poema de Soto de Rojas, con la que han querido compartir su reflexión sobre el límite entre lo privado y lo público. Además de esta lectura poética, este mismo mes de febrero se han programado otras dos actividades complementarias en el propio Centro José Guerrero.

La primera se celebró el sábado día 3: la presentación de una nueva edición de la obra de Soto de Rojas que ha corrido a cargo de la editorial Comares y que, además de ilustrar su portada con una imagen de la instalación, cuenta con un texto a cargo de los dos arquitectos a modo de prólogo. Más tarde, el martes 13, el conservador del Jardín Botánico de la Universidad de Granada y experto en Jardines Históricos, José Tito, impartió una conferencia sobre el Carmen Soto de Rojas.

La pareja de autores, alma de Kauh arquitectos, con sede en Granada desde 2012, han tomado como punto de partida de su propuesta para el ciclo Proyecto Kiosco del Centro José Guerrero el poema del granadino Pedro Soto de Rojas, publicado en 1652, así como la paradoja que encierra su publicación: desvelar la intimidad del jardín sin tener que abrir la puerta de su carmen en el Albaicín.

Los artistas explican que "esta obra literaria es un jardín hecho palabra, un personalísimo carmen que el autor creó en el Albaicín, del que ya nada queda salvo los versos del poeta", explican.

Una idea que les ha servido como punto de partida para reflexionar sobre el contexto actual de "sobreexposición individual y de hiperconsumo", y plantear un análisis sobre "este límite público-privado, su vigencia, su pertinencia, su crisis, su reformulación o su reafirmación". Y ello, precisamente, "en la esfera del espacio de un quiosco situado en una plaza que representa precisamente una especulación de lo que esa plaza fue años atrás". "Esta reflexión se plantea bajo la misma paradoja del poema barroco: desvelar que aún existe y es necesario un lugar para el desarrollo de una subjetividad propia", añaden.

Por este motivo, los autores han tapiado la entrada al quiosco -forrado en su parte trasera con el propio poema- con una fábrica vulgar ajena a su propia lógica constructiva para plantear el debate: "Un paramento inacabado que evoca tanto espacios en espera como cambios futuros, el abandono del patrimonio e incluso el olvido. Un lienzo que provoca el extrañamiento y la intriga suficientes para desatar la reflexión". "Cuando lo estábamos construyendo escuchamos a algunas personas que comentaban que estaban cerrando el quiosco", comenta Sánchez, quien explica que el proyecto incluye un neón como "una especie de lenguaje comercial, que se deja a medio encender para hacer una llamada al viandante": una señal con la que aceptar y exponer la paradoja de la reflexión. El conjunto de la intervención: neón-tapia-kiosco-plaza-Granada, hace que el eslogan Paraíso abierto/cerrado se convierta así "en el principio de un manifiesto".

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