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"La Alhambra que hoy conocemos no es la Alhambra nazarí, es la Alhambra que hicieron los Reyes Católicos". Ésa es una de las ideas centrales que sustentan el libro Los Reyes Católicos en la Alhambra (1492-1500), del guía e historiador Juan Antonio Vilar Sánchez que fue presentado ayer por la directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, María del Mar Villafranca. El libro, que inaugura la colección Fuentes de Investigación de la editorial del Patronato, revela que la intervención arquitectónica en la Alhambra fue de un enorme impacto cuando estuvo en manos de Isabel y Fernando.
"Los Reyes Católicos recibieron la Alhambra de manos del último rey en un estado de abandono total", explica Juan Antonio Varo, autor de obras como 1492-1502, una década fraudulenta y 1526, boda y luna de miel del emperador Carlos V. "Tal vez fuese por venganza o por los destrozos que sufrió durante el asesio, pero la Alhambra se encontraba en un estado lamentable. Los Reyes Católicos, que sólo estuvieron unas horas el día 2 de enero de 1492 y luego varios días entre el 6 y el 10 de enero, se encontraron que con no se podía vivir en los palacios. Lo primero que hicieron fue ordenar construir chimeneas, capillas, adecentar los aposentos. Fue una transformación que se estuvo produciendo hasta poco antes de la muerte de Isabel la Católica".
Los reyes cristianos ordenaron también tapar con capas de cal las inscripciones religiosas que había en las paredes y el famoso 'Sólo Dios es vencedor', lema de la dinastía nazarí. Pero no quisieron destrozarlas. "Ellos pretendía mantener las formas estéticas mudéjares, lo que se conoció como el 'estilo español', aunque poco a poco fueron transformando los palacios". Entre los años 1492 y 1500 se produjo otro curioso fenómeno: el de la convivencia entre musulmanes y cristianos. "Era por razones de necesidad", comenta Vilar. "Durante el asedio, los artesanos granadinos tuvieron que dedicase a defender la ciudad. Al terminar la guerra, quedaron sin trabajo. Los Reyes Católicos los necesitaban para las tareas de reconstrucción, de modo que los mismos artesanos que habían estado en el periodo nazarí volvían a trabajar en el periodo cristiano". Cuando los artesanos musulmanes terminaban de hacer sus yeserías y artesonados, llegaban otros cristianos que las redecoraban con símbolos cristianos.
"Uno de los espacios en los que se notó más la intervención", explica Juan Antonio Vilar, "fue el Mexuar, que se convirtió en residencia privada. Yo soy de la opinión de que la zona femenina, la reservada a Isabel la Católica, fue el Mexuar, sobre todo el Cuarto Dorado, que fue redecorado por Juan Castro en 1495. Ahí estaban sus dormitorios. La zona masculina estaba más próxima al Patio de los Leones".
Los Reyes Católicos son también responsables del reforzamiento de la arquitectura militar de la Alhambra. "Durante la conquista de Granada, descubrieron que el uso de la artillería era vital. Por eso, en cuanto estuvieron dentro de la ciudad, rehicieron toda la fortaleza pensando en una guerra con cañones. Ellos ordenaron la construcción de los baluartes de las Siete Salas o el Baluarte de la Puerta de la Justicia".
"Hay un gran maestro de la arquitectura militar de la época que es un absoluto desconocido por los granadinos, Ramiro López, que readaptó las Torres Bermejas y construyó el Castillo de Bibataubín. De ese castillo queda el torreón del Palacio de Bibataubín. Ése fue una de los primeros baluartes en construirse y sirvió como referencia para otros castillos de la arquitectura cristiana", explica el autor del libro. "Ahora se han descubierto baluartes bajo el suelo del Palacio de Bibataubín. En Granada deberíamos ser valientes y sacar a la luz el castillo de Bibataubín que hay bajo el Palacio".
Los Reyes Católicos se preocuparon también por el sistema hidráulico de la Alhambra. "Lo primero que hicieron al tomar la ciudad fue enviar una carta al Papa informándole de la conquista y otra nombrando a los mismos maestros de acequias y aljibes que habían estado con el anterior rey al objeto de rehacer el sistema. El control del agua siempre estuvo en manos de los mudéjares".
El libro de Juan Antonio Vilar Sánchez, de casi 400 páginas, está acompañado también por un CD-ROM con 2.300 páginas de documentos que el autor encontró en el Archivo de Simancas. "El 90% del material que acompaña al libro era hasta ahora desconocido", dice el autor. "Por eso va a cambiar la visión que se tenía hasta ahora de la Alhambra".
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