Salvador Perpiñá, guionista y escritor

Salvador Perpiñá: "Los seres humanos somos complejos, con nuestras derrotas y nuestros momentos de gloria"

Salvador Perpiñá: "Los seres humanos somos complejos, con nuestras derrotas y nuestros momentos de gloria"

Salvador Perpiñá: "Los seres humanos somos complejos, con nuestras derrotas y nuestros momentos de gloria" / Archivo (Granada)

Rodrigo Cortés, Santiago Lorenzo o el triunvirato que se hizo con el Planeta bajo el pseudónimo de Carmen Mola -Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero-, son algunos de los ejemplos de un fenómeno editorial que se ha consolidado en los últimos años: el de los guionistas que triunfan como escritores. Salvador Perpiñá es la vertiente granadina de esa corriente que cada vez gana más lectores y mejores críticas. Este mismo martes ha presentado su tercer libro de cuentos publicado por Milenio y titulado Koniec, una palabra polaca que significa "fin". 

La obra 

Sus seis letras aparecían al final de películas y series de animación. "En mi infancia ponían en televisión muchos dibujos animados del Este y al final en vez de "The end" salía eso. Como la mayoría de los cuentos tratan sobre muertos -no tanto fantasmas como la influencia de personas fallecidas sobre las vidas de los que siguen aquí- me parecía que los que pillasen el sentido del título se reirían", comenta el escritor que, en este este libro qué relata la historia de una "figura paterna que es capaz de levantarle la chica a su hijo desde el pasado", al más puro estilo de la primera esposa de Rebeca.

También cuenta el relato de la "oveja negra" de una familia que "alcanza la iluminación mientras intenta quedarse con la herencia de su insignificante tía" o el de una una joven viuda que "inicia una nueva relación con el avatar de su difunto esposo casi como si fuera un episodio de Black Mirrror". Incluso algunas narraciones recrean las peripecias de personajes reales, como el de "un cirujano del siglo XVIII sin escrúpulos que tuvo el dudoso honor de dejar ciegos a Bach y a Händel para encontrar finalmente la redención donde menos lo esperaba". Así, hasta un total de 14 cuentos "de todos los gustos y formatos" en palabras del propio autor, porque hay narraciones de una página hasta otras de diez.

Trayectoria

Salvador Perpiñá nació en Granada en 1963 y nunca ha terminado de "irse del todo". Tras una trayectoria universitaria que asegura sólo puede calificarse como "errática", acabó trabajando como guionista de series como Periodistas, Pelotas o Isabel. Ahora aguarda que Amazon Prime estrene este año la serie en la que ha adaptado la novela Reina Roja,  de Juan Gómez Jurado. Mientras se ultiman los preparativos de Locked, su primer guion para el cine firmado junto a Tacho González, batería de 091 y compañero habitual en la escritura para la pequeña pantalla. Poco más se puede adelantar por ahora de un thriller prácticamente en tiempo real rodado por Carlos Theronse que se situará en un rascacielos de Benidorm en la noche de Navidad. 

Ha publicado dos libros de relatos: Prácticas de Tiro (2014) y Contradiós (2018), y en el año 2014 abrió el blog Desesperación y risa. El título da idea de los dos polos en los que se mueve la prosa de Perpiñá, porque en este tercer volumen sus cuentos sobre muertos y mentiras de nuevo oscilan entre la tragedia y lo cómico. "Hombres, mujeres, niños, bivalvos, ñus, botarates, inocentes, resentidos, ingenuos, mediocres, calamitosos y desesperados ejecutan en estas páginas su particular Danza de la Muerte", según las define la propia editorial. 

El estilo

"Al principio, cuando empecé a escribir libros de cuentos, me decían que unos tenían un tono más melancólico o frío y otros un registro más humorístico. Yo pensaba que era un defecto pero luego vi que era bueno y ya no me preocupa. Me parece bien, lo asumo, soy un poquito bipolar", comenta con el sentido del humor que lo caracteriza. "Me interesan capturar, aunque suena un poco pretencioso, lo que somos. Y los seres humanos somos complejos, con nuestras derrotas y nuestros momentos de gloria", detalla sobre unos textos que no buscan la sorpresa final como pueden ser los de figuras del género como Cortázar, para centrarse los personajes. 

Un cierre final sorprende que, si bien no se persigue, a veces surge casi de forma inevitable por su doble faceta de guionista y de lector, un aspecto sobre el que han dejado su huella autores como Borges o Kerouac. "Me ha influido mucha gente de muchas maneras. A lo largo de la vida vas cogiendo elementos de aquí o de allá y cuando empiezas a escribir todas esas influencias salen" cuenta sobre ese proceso de "extraña alquimia" por el que se pasa de la imitación de las primeras etapas hasta la voz propia de una escritura de madurez. 

Perpiñá afirma que "faltamente" cuenta ya con ese estilo "definido" y,  "aunque se puede mejorar", trabaja en su siguiente libro en el que dejará el formato de las narraciones cortas para dar el salto a la novela: "Tengo toda la vida por delante para hacerlo, pero yo creo que ya estoy listo".  

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