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Salvar vidas, un juego de niños

  • La Sociedad Andaluza de Cardiología realizó un curso de reanimación cardiopulmonar para alumnos

En un día cotidiano, cuatro minutos no alteran perceptiblemente el devenir de las personas. Sin embargo, estos mismos 240 segundos son el límite entre la vida y la muerte para quien sufre un ataque cardiovascular, y saber qué hacer puede salvar a muchos enfermos.

Para concienciar a los jóvenes sobre la necesidad de actuar en situaciones de emergencia, la Sociedad Andaluza de Cardiología (SAC) -en colaboración con la Sociedad Española de de Medicina de Urgencia y Emergencias (Semes)- ha puesto en marcha una experiencia piloto en el colegio Santo Tomás de Villanueva de Granada. Los privilegiados fueron los alumnos de segundo y tercero de Secundaria, lo suficientemente mayores para poder manejar un cuerpo adulto.

A través de unas charlas -a cargo de la vicepresidenta de la Semes, la doctora Lopera- los 189 niños que participaron en la actividad conocieron cuáles son los hábitos que deben incorporar y cuáles descartar para reducir el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular, la mayor causa de muerte en Granada.

"A estas edades, tienen que hacer una dieta mediterránea estricta en sus casas (que consuman frutas, verduras, legumbres, pescado, de aceite de oliva y eviten las grasas), que consuman menos de los que gastan y que hagan más ejercicio y evidentemente que rechacen el tabaco", comentó el coordinador de la Sociedad, Miguel Ángel Ulecia, quien aseguró que Andalucía, junto al Levante, es la región los factores de riesgo cardiovascular más elevados de España.

Incorporada la teoría a sus conocimientos, los jóvenes se dirigieron al gimnasio del centro donde 24 torsos de maniquíes esperaban ser reanimados. En grupos de siete escolares, los monitores -que acudieron al cursillo de forma altruista- les volvieron a explicar sobre los maniquíes los pasos a seguir en caso de presenciar un ataque al corazón. "Hay que abrir la vía, ventilar dos veces y hacer 30 compresiones", recuerda Irene Paula Rodríguez, una de las estudiantes.

A continuación fueron los propios niños -bajo la atenta mirada de muchos profesores- los que practicaron la reanimación cardiopulmonar a los inertes pacientes, con más o menos pericia. "Ha sido muy interesante aunque un poco difícil porque el muñeco se resiste", bromea Gonzalo Nuevo, otro de los menores.

Cada niño aprovechó la oportunidad a su manera: mientras algunos grupos planteaban inverosímiles afecciones para el maniquí, otros ahondaron en las técnicas de los primeros auxilios. "La monitora nos ha explicado también qué hacer en caso de que la persona esté inconsciente pero respire o la llave que se usa cuando alguien se ahogue al comer", comenta Joaquín Padilla.

No obstante, no todos se veían capaces de afrontar una situación de tal envergadura. "Si hubiera una persona cualificada en la calle le dejaría a ella, pero si no hay más remedio lo intentaría yo", confiesa Irene Zurita, una de las estudiantes.

Por el momento, estos casi 200 alumnos serán los únicos que asistan al curso, en espera de que la Junta de Andalucía conceda financiación para poder desarrollar más proyectos. "Es una idea piloto, pero la intención es extender estas charlas a todos los colegios de Andalucía", según aseveró Ulecia.

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