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Con todos sus miembros "al 120 por ciento", Eskorzo lanza este lunes 'Paraísos artificiales', su disco más esperado

Eskorzo son, de izquierda a derecha, Carlos Díaz, Jimí García, J.J. Machuca, Tony Moreno, Jose Uribe, José Gustavo Cabrerizo, Pruden Valdivieso y Ezequiel Olmos.
Eskorzo son, de izquierda a derecha, Carlos Díaz, Jimí García, J.J. Machuca, Tony Moreno, Jose Uribe, José Gustavo Cabrerizo, Pruden Valdivieso y Ezequiel Olmos.
Blanca Durán/ Granada

21 de marzo 2009 - 05:00

En la música, cinco años pueden ser todo lo largos que uno quiera. Y aunque algunos (demasiados) lo entienden como un periodo larguísimo en el que debe dar tiempo de sacar a la calle ¿dos?, ¿tal vez tres discos?; otros prefieren ser consecuentes y, sin precipitaciones, dejar que las musas aparezcan para hacer de las suyas. Para Eskorzo, estos últimos cinco años han tenido mucho de "barbecho creativo", según define su propio cantante, Tony Moreno; aunque también de largas horas en directo, de giras por media Europa y hasta de la aventura que supone hacerse con las riendas de una de las salas de conciertos con más historia de Granada y luchar contra los titanes que se empeñan en poner trabas a la música en vivo. Resultado de todo esto es Paraísos artificiales (Acostao Records, 2009), un disco -el cuarto ya- que verá la luz este lunes y con el que la banda ha conseguido darse una vuelta de tuerca a sí misma que no dejará a nadie indiferente.

Pero que no cunda el pánico. Ningún perverso demonio del pop o de la psicodelia se ha apoderado del alma de Eskorzo. No hay metamorfosis ni lavados de cerebro que valgan: "Es que ya todos hemos pasado los 30 años, algo de criterio vas teniendo con la edad, y ahora el cuerpo no te pide las mismas cosas que en los 90". ¿Y qué les pide ahora? "Pues no caer en los tópicos manidos ni en las redundancias. Rehuimos del estribillo sencillo, que es el que llena los bolsillos, y hacemos simplemente la música que nos gusta a nosotros y que, por inercia, es menos comercial. Puede que este disco choque con la primera imagen que la gente tenía de nosotros, pero es que se trata de una evolución espontánea que ninguno hemos buscado pero que ha salido así", explica Moreno.

En las once canciones que dan forma a Paraísos artificiales cabe mucha fusión, por supuesto, aunque ahora también hay un espacio de primera reservado al pop (pero el de los clásicos, el que habría que escribir en mayúsculas), al hip hop y hasta a las composiciones instrumentales. "Eso sí que es realmente mestizaje", apuntan. De hecho, basta con comprobar el largo listado colaboraciones "made in Granada" con que cuenta Paraísos artificiales: Noni y Alejandro de Lori Meyers "meten unos coros alucinantes" en el tema que da nombre al disco, Víctor Sánchez de Lapido y José Antonio Sánchez de Matilda prestan voces y guitarras en varias canciones y Aitor Velázquez de Hora Zulú coprotagoniza uno de los duelos más interesantes que se han grabado en Granada en años. "Aitor y yo llevábamos mucho tiempo queriendo hacer una letra juntos. Me encanta cómo escribe, me parece un poeta brutal, un tío que sabe mucho de poesía", explica Tony Moreno. Juntos firman Estoy mucho mejor, un tema que les va "al pelo" y que habla de todo lo que supone ser el cantante de una banda de rock. "El mensaje es que no se debe buscar en el músico de turno el oráculo porque él no tiene ninguna respuesta, es el hijo de su padre, una persona igual que tú", confiesa.

Paraísos artificiales llega en el mejor momento en que podría hacerlo, y con los ocho componentes de Eskorzo "al 120 por ciento" de sus posibilidades y sus ganas. Carlos Díaz (guitarra y coros), J.J. Machuca (órgano hammond, sintetizadores, theremin y coros), Jose Gustavo Cabrerizo (bajo), Jose Uribe (batería y coros), Jimi García (trompeta, fliscornio y coros), Pruden Valdivieso (trombón de varas), Ezequiel Olmos (percusión) y Tony Moreno integran "el dinosaurio gigantesco" que es un grupo de música. "En una banda tan numerosa todo funciona con la democracia, no podría ser de otra forma. Es como si tuviéramos ocho novias y tenemos nuestros momentos de crisis, es inevitable, pero ahora hay hasta más ilusión que con el primer disco. Cuando un músico termina los ensayos y la grabación no suele volver a oírse en tiempo, pero con este disco nos estamos escuchando por primera vez desde fuera, como si se tratase de otra banda, y el resultado emociona mucho. Estamos orgullosos del álbum entero, nos encantan las letras, cómo suena todo...", reflexionan.

Y es que, en Paraísos artificiales, los ocho Eskorzo han sido una piña aún más si cabe. Para gestar a este pequeño la banda se refugió al completo en una enorme casa en La Alpujarra, donde vivieron unas semanas 'a lo Gran Hermano'. De aquella experiencia salieron un total de 16 temas que finalmente se quedaron en once, aunque es muy posible que los cinco restantes vean próximamente la luz en algún Ep de rarezas o 'caras B'.

A nivel musical, es indudable que la banda ha crecido individualmente y como conjunto. En el álbum las melodías están más cuidadas que nunca, de hecho, hay temas con hasta 70 pistas. Las voces cuentan con un espectro más amplio que nunca de tonos y matices; y las letras han sabido mantener la frescura de composiciones como Ruido, Poetas, El que tenga el amor o Pinta la pared pero dando un paso al frente en cuanto a imágenes a las que son capaces de remitir.

"Paraísos artificiales es otro disco más. Estamos en un momento en que lo que hay son ganas de seguir y evolucionar. No nos veo en otra cosa que no sea en la música dentro de mucho tiempo", asegura.

Con su paso por el Greenspace-Heineken de Valencia como calentamiento oficial de motores, la banda tiene confirmadas ya una veintena de actuaciones hasta el próximo mes de septiembre, con varios puntos fuertes como el Viñarock y con los obligatorios pasos por casa en la Fiesta del Espárrago Verde de Huétor Tájar el 9 de mayo y el Festival Rock Baza el 11 de septiembre. A esa lista habrá que añadir las numerosas paradas que todos prevén en el extranjero, donde esperan presentar Paraísos artificiales en la primavera de 2010. Calculan que en los dos últimos años habrán sido alrededor de un centenar de conciertos entre Alemania, Suiza, Bélgica y más de media Europa que ya sabe lo que es disfrutar con la fiesta que Eskorzo hace de cada uno de sus directos: "Fuera de España la gente es súper abierta con la música. Desgraciadamente, en este país la educación musical deja mucho que desear, lo único decente que se puede escuchar ahora es Radio 3, aunque tenemos mucha música que dar para cambiar el panorama".

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