Con la crisis hundiendo con más fiereza que nunca a la ciudadanía, y la oferta musical multiplicándose exponencialmente, pues destruida la tabla de salvación de las ventas de discos cada vez más artistas se refugian en los directos como única vía de supervivencia, el caso de Supersubmarina es digno de un estudio sociológico. Sin el pedigrí de algunos de sus referentes, ni el prestigio de algunos de sus paisanos que acaparan la atención mediática, estos jienenses, aún unos imberbes como aquel que dice, sí que despiertan la envidia de otros grupos con más nombre por la adhesión masiva y de momento inquebrantable que despiertan entre la chavalada.

Esa que ajena a los designios de los críticos sesudos, atiende solamente a sus gustos, y que es la que los sitúa como los únicos capaces de agotar las localidades a los pocos días de ponerse a la venta, y repetir la jugada una semana después de anunciar una segunda fecha. Así sucedió hace poco más de dos años en una sala de medio aforo, y ahora lo vuelven a conseguir en otra capaz de albergar a más de mil personas, como es la Industrial Copera. La primera de sus actuaciones tendrá lugar esta noche a partir de las diez.

Y para los rezagados repetirán mañana viernes presentando a todo aquel que quiera oírlos su segundo álbum, Santacruz. Con él Supersubmarina incorporan nuevas sonoridades que trasladadas al directo se complementan con un cuidado diseño luminotécnico. Y el grupo volverá a poner a prueba a críticos y a enteradillos, al público selecto y a todos esos personajes que pululan alrededor del star-system de la supuesta escena independiente. Supersubmarina ha alcanzado el éxito saltándose varios pasos, puenteando el patio de vecindad donde llamean las vanidades de los catedráticos del indie, esa cohorte de personajillos que otorgan y retiran credibilidades, los marcadores de tendencias para la élite. El motivo no es otro que ese ingrato compañero de viaje llamado éxito, el mejor abono conocido para hacer crecer la envidia y que transforma en desprecio lo que habían sido parabienes./enrique novi.