Tabletom: la vida sigue igual

Unos que vienen y otros que se van; unos que nacen, otros morirán, cantaba el joven Julio Iglesias en La vida sigue igual. Y así, cuando todo parecía indicar el ocaso de un grupo mítico, surgió la resurrección, prácticamente durante la ceremonia funeraria, como en un milagro bíblico. El grupo más maldito y anárquico del rock andaluz, los malagueños Tabletom, se formaron en 1976, cuando El Patio de Triana inundaba el rock en español de acento sureño. Su debut vino de la mano del insigne productor Ricardo Pachón, artífice de parte de esa revolución que aunó tradición flamenca y formas rockistas primero con Smash y una década más tarde al mando de los controles de La Leyenda del Tiempo de Camarón.

Corría el año 1980 y "Mezclalina", que así se llamaba el artefacto sonoro que perpetró el grupo, no fue bien recibido por su compañía discográfica, que lo consideró inviable comercialmente desde su nacimiento condenando a la banda al desahucio y al malditismo en el que desde entonces se ha desenvuelto. Su peculiar e inclasificable estilo, ácrata, libre y gamberro, resultaba difícil de encasillar en etiqueta alguna, y así el grupo se acomodó a la vida en las catacumbas, a ser un grupo de culto sin opciones reales de alcanzar la primera división. Durante años sobrevivieron debajo de un puente por el que cruzaban a toda velocidad las bandas con posibilidades comerciales. Hasta que hace año y medio la salud quebradiza de Rockberto, su insustituible voz cantante, la pasaba su factura final y todo indicaba que con su adiós vendría irremediablemente el del grupo. El primero de octubre de 2011 se celebró un concierto de homenaje y despedida en el que participó, entre otros, Tony Moreno, el carismático frontman de Eskorzo. Y en aquel concierto funerario a los hermanos Ramírez, supervivientes del viejo proyecto, debió encendérseles una lucecita a resultas de la cual pocos meses después anunciaban la continuidad de Tabletom con Moreno al micrófono. Esta noche de viernes se presentan en Planta Baja a partir de las nueve de la noche y se podrá comprobar el resultado de tan audaz segunda oportunidad.