Telarañas de arte en el cine fantástico
El Archivo Histórico del Cine Italiano cede al Retroback 80 carteles con lo mejor de su época doradal Hasta el 30 de enero.
El cine fantástico italiano entra por los ojos. La época dorada de este género (1954-1984), con maestros de la talla de Mario Bava, Darío Argento o Lucio Fulci, supo alimentar un contenido altamente mordaz con una presentación muy esteticista. La exposición El fantástico italiano en sus carteles recoge una cuidada selección de 80 posters que provienen de la colección del Archivio Storico del Cinema Italiano, que cuenta con más de 25.000 ejemplares.
Vampiros, brujas, zombies y posesas faltas de ropa se pasean por la Corrala de Santiago gracias a la aportación de magníficos pintores. "Italia tenía por aquel entonces una gran fuerza popular en los géneros y las películas eran producidas por empresarios privados que encargaban sus carteles a pintores importantes", explicó ayer Graziano Maria Marraffa, presidente del archivo italiano, durante la presentación.
Sandro Simeoni, el más prolífico de todos, junto con Renato Casaro, Giuliano Nistri o Carlantonio Longi pusieron el arte a disposición de un cine que se movía por derroteros muy variados: lo fantástico se mezclaba con lo gótico, el thriller y la ciencia ficción, con grandes dosis de erotismo, gore ultrarrealista, psicodelia pop y spaguetti-zombie.
Los carteles salen por primera vez de Italia y es un lujo tenerlos para el Festival de Cine Retroback, como afirmó el director del Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada, Ricardo Anguita. Aunque sufrieron un retraso por culpa de un error de Iberia, que no los entregó a tiempo -la inauguración de la exposición estaba prevista para el miércoles-, los manifesto (carteles grandes), locandina (pequeños) y fotobusta (tamaño estampa) lucen ya en todo su esplendor.
Especialmente significativa es la presencia del dibujo original de Casaro para la película del gran Bava Diabolik (1967), que Marrafa consiguió de los estudios. El elegante ladrón de dotes atléticas increíbles aparece en el dibujo con la misma estética del cómic de donde procedía. De Simeoni llaman la atención, entre las muchas obras que se exponen, Il Mulino Delle Donne di Pietra (Giorgio Ferroni), un cartel a tres niveles con una mujer en el centro rodeada de telarañas; L'orribile segretto del dr. Hichcock (Ricardo Fedra), con un ojo ensangrentado alrededor del que giran cuatro escenas de la película o la composición fotográfica de Angustia de silencio (Lucio Fulci).
Grandes producciones como la de El gatopardo, de Luchino Visconti, fueron posibles, aseguró el presidente del Archivo Histórico del Cine Italiano, gracias a películas como éstas. Un cine fascinante por donde se movían figuras mitológicas (Ulises, Hércules, Maciste), historias del cómic (Diabolik, Kriminal, Satanik), mitos universales (brujas, zombies, demonios o vamiros), arquetipos de la ciencia ficción (astronautas, extraterrestres, robots) o del thriller (asesinos y psicópatas).
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