guillermo solana. director del thyssen bornemisza

"El Thyssen pasa dificultades como todas las fundaciones públicas y necesita apoyo estatal"

-El Museo de Arte Moderno (Moma) inauguró recientemente Gauguin: Metamorphoses, la mayor exposición sobre este pintor en Nueva York, y el cuadro Mata Mua del Thyssen ocupa un lugar privilegiado. ¿Cuánto debe la marca Thyssen a este tipo de colaboraciones y préstamos?

-El Mata Mua tiene una pequeña historia. Es una obra extremadamente valiosa y frágil que nos solicitan constantemente, como mínimo dos veces al mes. Inicialmente nos pidieron el cuadro y la baronesa rechazó la propuesta, pero el director del Moma, Glenn D. Lowry, le escribió una carta muy persuasiva, que la conquistó, donde le decía que este cuadro era el mejor de Gauguin y que tanto les importaba que lo pondrían en el catálogo. Que se vea Mata Mua en un sitio tan principal es importante para nosotros, y siempre estamos en deuda con el Moma, que nos presta muchas obras porque su colección es mucho mayor que la nuestra. Tita Thyssen siempre ha tenido conciencia de que, aunque los cuadros no deben viajar mucho porque se corren riesgos, el coleccionista tiene la obligación de contribuir al conocimiento de los artistas que ama, y ayudar a los proyectos científicos de calidad.Ella siempre es muy generosa con los préstamos que, como éste del Moma, nos benefician.

-El Thyssen Bornemisza se autofinancia en un 85%, gracias sobre todo al éxito de taquilla de sus exposiciones temporales que, sin embargo, no suelen contar con patrocinio privado.

-La crisis ha incrementado las dificultades para lograr apoyos privados pero incluso en las épocas de bonanza muchas personas y entidades que podrían apoyar esta institución piensan que es un museo privado financiado por la familia Thyssen. Hay escasa conciencia de que somos una fundación pública, presidida por el Ministerio de Cultura. Cuando alguien se plantea apoyar la cultura española piensa en el Prado o en el Reina Sofía. El nombre de Thyssen es demasiado fuerte, y aunque la baronesa repite una y otra vez que no es la dueña sino la vicepresidenta del Patronato no sirve de nada. El Thyssen Bornemisza no es un museo privado que tiene mucho dinero sino una fundación pública extremadamente austera, con una plantilla muy reducida, y en la cual todos estamos muy empeñados en trabajar día a día sin resultar gravosos al Estado, que sólo aporta ya dos millones de euros anuales. Lo cual no es nada.

-Dos millones es la cantidad que anualmente da el Ayuntamiento de Málaga al museo Carmen Thyssen. ¿Es un modelo muy diferente al de la pinacoteca que usted dirige en Madrid?

-El Museo de Málaga es una fundación municipal donde la baronesa tiene el papel de presidenta y es la prestadora de todo, de modo que está más cerca de lo privado que el Thyssen Bornemisza de Madrid. Si Tita algún día dijera, que no lo dirá, que vende sus cuadros de la colección española, puede romper el acuerdo con Málaga. Pero hay 750 cuadros del Thyssen Bornemisza que son inajenables, que son de la Fundación pública, y no los puede vender nadie. El mensaje claro es que somos una fundación pública y pasamos dificultades como todas las fundaciones públicas, por eso necesitamos el apoyo del Estado.

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