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'Trece vidas': la película del verano en plataformas

  • La vuelta de Ron Howard a la dirección con una historia sobre los niños atrapados en la cueva de Tailandia se ha convertido en una de las cintas más vistas 

Trailer de 'Trece vidas'

Con permiso de Bullet Train, la vuelta de Brad Pitt a la gran pantalla con un thriller de acción, Trece vidas se ha convertido en una de las películas del verano. Ni looks de la súper estrella -que lo está dando todo en la promoción de la cinta de David Leitch- han logrado imponerse a otro regreso: el de Ron Howard a la dirección y con otra historia real de supervivencia a lo Apolo 13. El ganador de un Óscar por otro drama que puede exhibir el rótulo de "basado en hechos reales", Una mente maravillosa, ha convertido el rescate de los niños atrapados en una cueva Tailandia en una de las sorpresas estivales. Por encima de la cinta del taquillero intérprete de Érase una vez en Hollywood o de pesos pesados como Elvis o Batman, ha logrado posicionarse en el ranking de portales como Filamffinty este relato sobre el heroísmo.

Aunque paradójicamente cuenta con el hándicap de un desenlace sobradamente conocido, el director norteamericano ha conseguido que los espectadores se sumerjan con los equipos de espeleobuceo para liberar con vida a los doce niños y al monitor de la galería de pasillos inundados que los mantuvo encerrados durante dos semanas sin luz, sin comida y al final casi sin oxígeno.  

Viggo Mortensen y Colin Farrell encabezan un reparto en el que también destacan Tom Bateman, Paul Gleeson y sobre todo Joel Edgerton dando vida a los buzos que se convirtieron en los rostros más visibles de un operativo internacional de más de 1.000 personas. Un grupo que en la vida real estuvo formado por las fuerzas de élite de la Marina de Tailandia, voluntarios locales y otros llegados de todo el mundo que unieron fuerzas para lograr lo que en un principio parecía un milagro. En estos intérpretes y en el resto de un casting -también internacional con estrellas del cine tailandés- así como en unas escenas de buceo rodadas con clasicismo por Howard, recae el mérito de lograr que los espectadores sientan también atrapados en ese laberíntico sistema de cuevas llamado Tham Luang.

Hechos

El 23 de junio de 2018 un grupo de doce chicos de entre 11 y 16 años, integrantes de un equipo de fútbol local llamado los Jabalíes Salvajes, entraron a explorar la cueva con su entrenador de 25 años cuando una lluvia repentina los dejó prisioneros de la montaña. El 10 de julio se confirmó que los chicos y su monitor habían sido rescatados y trasladados a un centro hospitalario, mientras que el equipo médico que los atendió tuvo que permanecer unas horas más antes de poder salir. Un total de 18 tardó en escribirse esta historia de superación y heroísmo a partes iguales que sobrecogió al mundo entero y que ha inspirado varias películas y documentales a pesar de ser un suceso relativamente reciente.  

Un fotograma de la película. Un fotograma de la película.

Un fotograma de la película.

Punto de vista

Con guion de Williams Nicholson, responsable también de los libretos que dieron pie a éxitos como Gladiator o Tierras de penumbra, el equipo de Trece vidas ha puesto el foco en los héroes que arriesgaron sus vidas para salvar a los niños atrapados. No menos épica hubiese sido la historia contada desde el punto de vista de esos doce jóvenes y su monitor, un ex monje budista que les ayudó a sobrevivir enseñándoles técnicas de meditación, que les ayudó a estar en calma para consumir el menor aire posible y a consiguió que permanecieran quietos para conservar la fuerza. Envueltos en la oscuridad de la montaña y refugiados en una pequeña plataforma, juntos excavaron 5 metros en esa isla seca mantener el calor. 

Héroes

Sin embargo la elección del punto de vista no resta atractivo a una narración que va desgranando los pasos que los rescatistas fueron dando para completar la gesta. Una hazaña en la que hubo héroes voluntarios que perdieron su vida, como fue el caso del ex buzo de las fuerzas de élite de la Armada tailandesa Saman Kunan, de 38 años, que falleció en una de las galerías inundadas mientras realizaba un trayecto para entregar tanques de oxígeno. Una tragedia a la que se sumó en 2019 la muerte del militar Beiret Bureerak debido a una infección en la sangre contraída durante la operación. 

Esa epopeya contemporánea cuenta con todos los ingredientes para conseguir que el metraje de la película no resulte excesivo a pesar de una duración de más de dos horas, especialmente intensas en el tercio final. En la última hora el director consigue trasmitir toda la claustrofobia de ese oscuro laberinto anegado que deben atravesar unos adolescentes que ni siquiera saben nadar.

El resultado es una película con todos los ingredientes a los que están habituados los amantes del cine de catástrofes: desde la crítica al consabido circo mediático que obliga a preservar la intimidad de los rescatados con sombrillas, hasta la habitual unión de fuerzas de la humanidad para luchar contra un imposible -en este caso un ejército de voluntarios en el que hay desde militares a ingenieros pasando por campesinos que sacrifican su medio de vida-. Una cinta que no defrauda y basada en basada en unos hechos reales con los que Howard desmonta el tópico cinematográfico que insiste en asegurar que "la vida escribe muy malos guiones". 

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