"Ugíjar podría haber sido una ciudad como Úbeda si se hubiera cuidado"
El autor presenta hoy su nueva novela, 'La tumba del Monfí', que transcurre en una casa de la Alpujarra y que da saltos entre tres momentos históricos diferentes
"Si Ugíjar hubiese sido mejor cuidado, hoy podría haber sido una ciudad como Úbeda o Baeza". Así de rotundo se muestra el escritor aficando en Granada José María Pérez Zúñiga, que mañana presenta en la librería Nueva Gala su última novela, La tumba del Monfí (editorial Almuzara), en un acto en el que también estará presente el catedrático de Literatura Ángel Esteban. Pérez Zúñiga ambienta su libro precisamente en la Alpujarra, en una casa concreta de Ugíjar en la que ocurren cosas muy extrañas. "Ugíjar era conocida como la ciudad de las torres, y si a Boabdil se le apodó el Rey Chico fue, precisamente, porque tras la firma de las Capitulaciones, el territorio que le quedó de Granada fue el de las Alpujarras. Me duele mucho que no se haya cuidado nada todo ese patrimonio".
Mezcla de novela gótica y thriller psicológico, la novela narra el reencuentro de seis amigos, que deciden pasar un fin de semana de puente en una casa alquilada de la Alpujarra, la casa de Los Tovares, que en su día fue propiedad de Miguel de Rojas, un terrateniente judío que apoyó la rebelión de los moriscos. Uno de los amigos, Luis de Haro, comienza a experimentar cosas extrañas en la casa.
"La novela trata el género de las casas encantadas", explica Pérez Zúñiga. "Lo que sucede es que yo ubico la historia en Ugíjar, en una casa muy conocida de allí. Uno de los amigos que acuden, Luis de Haro, descubre que en esa casa pasan cosas y, a través de la lectura, tiene conocimiento de Luis Tovar, que sufrió la postguerra española, y Luis de Rojas, Abén Nazer, un personaje maldito que fue uno de los caudillos de la rebelión morisca junto a Abén Humeya y Abén Farax". Abén Nazer, que estaba considerado como un Monfí, un bandido, por las tropas cristianas, se irá apoderando de Luis de Haro como en su momento también hizo con Luis Tovar. Abén Nazen es un personaje maldito que ha estado torturando a decenas de generaciones a través de los siglos.
"En la novela hay mucho juego literario. Se trata, en realidad, de un viaje a través de la lectura", explica Pérez Zúñiga. La obra transcurre en tres tiempos históricos diferentes: el presente, la dictadura franquista y la rebelión de los moriscos, época que, conforme transcurre el argumento, adquiere mayor y mayor fuerza.
¿Pero, por qué elegir precisamente la Alpujarra granadina para desarrollar una novela de misterio? "Precisamente porque las historias de misterio se sitúan en escenarios alejados de lo cotidiano", responde Pérez Zúñiga. "La Alpujarra tiene detrás una historia muy importante una y una influencia muy evidente sobre lo que somos hoy".
"A la Alpujarra se le da poca importancia y todos casi nos limitamos a mencionar a Gerard Brenan cuando hablamos de la comarca sin tener en cuenta que decisiva en la historia de Granada. Me duele ver cómo no se ha cuidado el patrimonio. Si Ugíjar, por ejemplo, que era conocida como la ciudad de las torres, hubiera sido mejor cuidado, hoy podría haber sido una ciudad como Úbeda o Baeza".
"Allí, además, hay muchas historias y leyendas muy interesantes", añade. "Como el hecho de que se cree que todas las casas estaban conectadas entre sí mediante túneles. Yo, desde luego, estuve en el convento de San Francisco, y en su cripta hay un túnel larguísimo que da la sensación como de estar conectado con otro sitio".
En literatura, sin embargo, la Alpujarra parece interesar muchísimo más al mundo árabe que al mundo occidental, como lo muestran libros del calibre de A la sombra del granado, de Tariq Alí. "Yo pienso que eso se debe a que aquí no valoramos lo cercano", argumenta José María Pérez Zúñiga. Hay una referencia importante, eso sí, en Manuscrito encontrado en Zaragoza, del escritor polaco Jan Potocki, pero sí es cierto que en el mundo árabe la Alpujarra y la revuelta de los moriscos parece haber interesado mucho más.
José María Pérez Zúñiga es hermano de otro escritor, Ernesto Pérez Zúñiga. ¿Cómo afrontan eso? "Lo llevamos muy bien", responde. "Nos criamos en la casa de una familia en la que había muchísimo amor por los libros, y eso nos influyó enormemente a los dos. Además, los dos terminamos en Granada, que es una ciudad también que debe tener algo mágico por la cantidad de creadores que surgen, ya sea en música, en poesía o en narrativa, y siempre hay gente con muchísimo talento. Supongo que lo de mi hermano y yo es una feliz coincidencia".
José María Pérez Zúñiga (Madrid, 1973) es doctor en Derecho por la Universidad de Granada. Es columnista de diarios y ha publicado hasta ahora las novelas Grismalrisk o bien el juego de los espejos (Dauro, 2002), Rompecabezas (Seix Barral, 2006) y Lo que tú piensas (Kailas, 2008); el libro de relatos El círculo, Abraxas y otras ficciones (Dauro, 2001) y Breviario (Ayuntamiento de Granada, 2005),y Libro de aforismos y otras prosas breves. También ha realizado las adaptaciones de Nochebuena de fantasmas, de Charles Dickens (Vicens Vives, 2008), y Miguel Strogoff, de Julio Verne (Vicens Vives, 2009), y ensayos sobre Derecho y Comunicación. Algunos de sus relatos han sido recogidos en antologías como Cuentos del Alambre (Traspiés Ediciones, 2004).
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