Viaje al espacio sin sitio en la cabina

11 horas, 2 escenarios, 15 grupos y 6.000 personas. Ayer nadie tuvo que lamentar una llamada fallida al Major Tom de Bowie. El despegue de la segunda edición del festival En Orbita, de estreno este año en el recinto de la Feria de Muestras, Fermasa, tuvo un arranque que ya lo hubiera querido el Apolo I. No sólo sin complicaciones sino con un aterrizaje perfecto: todas las entradas vendidas y un ambiente de festiva ingravidez.

El festival abrió sus puertas a las 14:00 horas y sobre las 18:00 las gente ya estaba en el parque situado frente al recinto esperando a que llegase la hora del concierto que esperaban. El botellón de la media tarde no se pudo evitar.

Camisetas variadas -color, motivos y formas- y vaqueros, la indumentaria básica de este tipo de eventos completada con muchos sombreros del capitán Morgan, uno de los grandes presentes.

El escenario Vipsual, el principal, fue obviamente el más agitado durante todo el día. Con Quique González y los Detectives la ingravidez comenzó a notarse para dar paso más adelante a la fiesta total que invadió Fermasa.

El escenario Satélite no perdió público salvo en los grandes shows del escenario Planetario. El goteo de gente fue constante y las bandas emergentes no perdieron el ritmo en toda la jornada.

Desde Satélite Virginia, Rey Chico, Harakiri Beach, Apartamentos Acapulco y Mordisco, la selección de sabor granadino invadió el pequeño escenario de grandes sensaciones.

La fiesta grande dio comienzo cuando cayeron las luces y la noche se autoproclamó reina. Miss Caffeina piso las tablas cuando aún era de día. Con Love of Lesbian y Fangoria la noche cambió de tercio y el festival puso sus iniciales en mayúsculas.

De un cometa poético, con mil luces estelares, hasta una fiesta infernal poliédrica llena de arcoiris y bailes excéntricos... No se puede pedir más a una misión espacial. Cuando algo funciona debe mantenerse, que se lo digan a las infalibles naves rusas Soyuz.