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"Vicente Amigo es el gran proyector de la guitarra flamenca"

  • El tocaor granadino presenta su primer disco, 'Placeta 7'

Carlos Zárate es un corredor de fondo. Desde muy joven, este granadino ha prestado la precisión de su guitarra a los más diversos cantaores a lo largo de todo el mundo. Su primer disco en solitario, Placeta 7, le llega con una madurez tranquila. En este trabajo, que le ha supuesto varios años, se muestra fresco y abierto, adaptado a cualquier paladar, donde todos beben y todos caben.

-¿Ha hecho el disco de tu vida?

-Sí, es el disco de mi vida. En él he puesto todo mi saber, todos mis conocimientos guitarrísticos y de flamenco. Más que un disco es como un hijo. Es mi hijo. He participado en unos veinticuatro o veinticinco discos, acompañando a otros artistas. Éste es mi primer disco en solitario. Está dedicado a la infancia. A los niños de ahora y a los niños que fuimos. Es, por otra parte, un homenaje a mi tierra y a mi barrio. Algunos títulos de los temas hacen referencia a Granada, como Silla del Moro o Plaza de Santo Domingo.

-¿Por qué 'Placeta 7'?

-Porque es en donde yo me crié, en el barrio del Zaidín, cuando las plazas estaban numeradas. Yo viví en la Placeta 7, en la que fui feliz jugando con los demás niños, disfrutando ese estado de la vida en el que no tienes responsabilidades, tan sólo ir al colegio y estudiar. Allí esperábamos a nuestras madres, que bajaban con el bocadillo a las cinco de la tarde, que tenía un sabor especial…

-Es un disco doble. ¿En un principio lo concibió así o es que uno solo, a la larga se quedó corto?

-No. Tenía pensado un trabajo sencillo, de sólo un disco. Pero, al haber tantos músicos colaboradores, me dijeron los técnicos que había sobrepasado los minutos. Tendría que dejar algunos temas o desdoblar la grabación. No quise dejar a nadie fuera, pues todos habían respondido sin condiciones. Todas las puertas a las que llamé se abrieron.

-¿Cuántos músicos han participado entonces?

-Hay 104 músicos, más 25 ó 30 colaboradores indirectos, que trabajaron para que este disco viera la luz.

-¿No cree que con todas esas aportaciones el disco es bastante heterogéneo?

-Sí. Es lo que me apetecía. A los ortodoxos no les gusta la fusión, enriquecer el flamenco con nuevos caminos, las mezclas… Pero el flamenco tiene una evolución lógica, que pasa por la introducción de otras músicas. Yo, como guitarrista flamenco, distingo entre el flamenco puro y la necesidad de fusionar.

-Pero su toque es muy flamenco.

-Yo soy flamenco porque he mamado el flamenco, he aprendido de todos los maestros del flamenco. Yo toco flamenco y trato que suene flamenco. Pero no me niego que mi guitarra se fusione con otras músicas.

-Por otra parte, el sonido de su guitarra es muy clásico. Salvando las distancias, recuerda a Sabicas.

-Me acuerdo bastante del maestro Sabicas. De hecho, tengo una bulerías, Recuerdo a Sabicas, que son suyas. Y su huella puede verse en algunos otros temas. Pero también tengo influencias de Diego del Gastor, Paco Cepero, Juan y Pepe Habichuela, que, cuando yo era niño aún, coincidí con ellos en muchos escenarios, en muchos festivales. Me ha influido también, que no hace falta nombrarlo, Paco de Lucía, que lo busco un poco en mis composiciones. También el guitarrista cordobés Vicente Amigo que es el gran proyector de la guitarra moderna.

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