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Una 'Yerma' en chándal

  • La compañía Projecte Ingenu inaugura la temporada del espacio Ambigú del Teatro Kamikaze con una versión moderna de la tragedia lorquiana

  • "Ella no iría a buscar un bebé a Ucrania", dicen

La actriz Alba José encarna el papel de Yerma, muy aplaudido por la crítica, mientras la intérprete Ariadna Fígols -a la derecha- hace de María.

La actriz Alba José encarna el papel de Yerma, muy aplaudido por la crítica, mientras la intérprete Ariadna Fígols -a la derecha- hace de María. / Proyecto Ingenu

Lleva chándal, minifalda o mallas dependiendo del día. Hace botellón con sus amigas, pitillo en mano. Llama a una pitonisa en busca de respuestas. Utiliza teléfono móvil y se hace un test de embarazado de última generación. La Yerma del siglo XXI podría caminar entre nosotros. Así se lo imagina la compañía catalana Projecte Ingenu en su adaptación moderna de la tragedia lorquiana, que este viernes inaugurará la temporada 2018/2019 del espacio Ambigú del Teatro Kamikaze de Madrid.

El director de escena, Marc Chornet (Tarragona, 1981), cuenta que se imaginaron "cómo y en qué contexto una chica hoy día podía vivir el drama de la Yerma de Lorca, ambientado en el mundo rural de los años 30". Muchas parejas recurren a la inseminación artificial o a la fecundación en vitro. Sin embargo, "no todos pueden permitirse pagar el precio de esos tratamientos", advierte. "Nos pareció que el tema de poder tener o no hijos era actual, y que se podía tratar desde una visión urbana y de clase media", explica Chornet.

¿Su Yerma sería capaz de irse a un centro de vientres de alquiler en Ucrania? El director catalán contesta de forma rotunda: "No tendría dinero, pero es que además Yerma es muy orgullosa. Ella tiene que sentir en la carne ese niño, ese bebe. Esa es la gran tragedia -una tragedia enganchada a su cuerpo-, el drama, de una chica que tiene como propósito algo que no podrá conseguir en su vida". La gente le animará a adoptar -o a traerse un hijo de su hermano en el caso de la obra original, pero, según cuenta Chornet, "ella rehuye estos atajos porque necesita que su dignidad y su honra pasen por la norma; es una cuestión de principios".

Cuando Yerma se mira en el espejo de la sociedad, continúa Chornet, "todo lo ve deformado". "Su trauma personal no tiene que ver con una presión directa. De hecho, todos los personajes son bastantes amables con ella, aunque sí recae sobre ella el peso de la sociedad". Es entonces cuando le cantarán a la protagonista, interpretada de forma magistral por la joven actriz Alba José, lo siguiente: "¡Ay de la casada seca!/ ¡Ay de la que tiene los pechos de arena!".

Coproducida por el Teatre Akadèmia, la Yerma de Projecte Ingenu reflexiona, al igual que Lorca, "de la fertilidad o la infertilidad desde un punto de vista más universal". "No se trata sólo de una mujer que no puede tener hijos, sino del mundo en que vivimos, si es fértil de alguna cosa o no. Ahí la obra se actualiza a marchas forzadas", reflexiona el director.

De ahí subyace otra cuestión: ¿Es el amor suficiente? La adaptación contemporánea refleja dos formas de querer -y afrontar la vida- distintas. "Esto mismo conecta con nuestra generación, que ya ha cumplido los 30 y ha vivido varias experiencias sentimentales. Hemos visto que en la relaciones el amor no es suficiente. A veces una pareja se puede querer pero no funciona", manifiesta Chornet. Mientras que Yerma culpa a Juan de no tener hijos porque cree que no la ama con la pasión física necesaria, Juan sólo se preocupa por llegar a casa y tener el dinero suficiente para mantenerla. Sin embargo, señala el director de escena, "a Yerma le da igual tener un vestido más. Ella quiere pasión. Y eso es tan actual", destaca. Aún así, aconseja Chornet, "es muy importante no criminalizar a nadie. Los dos hacen cosas tan exageradas, sobre todo Yerma".

El grupo teatral creado en 2013 actúa desde "la honestidad" y se acerca a la obra del granadino sirviéndose "únicamente del texto". La contemporánea puesta en escena se acompaña de un vestuario y escenografía, obra de Marta Rafa y Laura Clos, que hunde sus raíces en el siglo XXI. "La protagonista llevará minifaldas, mallas o chándal. La estética es muy similar a la de Almodóvar en Volver, a la de ese mundo rural colorido y hortera", explica Chornet, que opina que así se acercan más al público. El trabajo de Clos es, en palabras del director, "precioso": "A medida que avanza la obra -y la esperanza de la protagoniza por quedarse encinta mengua-, el aspecto de la casa de Yerma se va asemejando al que tienen los campos, llenos de hortalizas y plantas". Un cambio que delata el paso del tiempo y acentúa ese drama interno personal suyo.

Al ver la pieza, "el público tendrá la sensación de haber vivido esas escenas con su pareja o sus amigos", asegura Chornet, que recuerda una escena en el baño donde la protagonista se hacer un test de embarazo. "Aparecen cosas que forman parte de la vida íntima de las personas a día de hoy", recalca.

Antes de estrenarla, mucha gente mencionó la versión con Núria Espert como protagonista y la escenografía de Fabiá Puigserver. "Han pasado 40 años desde entonces. En su época seguro que fue lo más innovador y terriblemente actual del mundo, pero no puede ser el referente en 2018", apostilla Chornet, que reconoce que la presión se esfumó cuando estrenaron.

Hasta llegar a Madrid, el montaje ha llenado el Teatro Akadèmia dos temporadas seguidas. "Es una sorpresa que lleve tanto tiempo vivo. Hablamos de un espectáculo que nace con pocos pretensiones y en el mundo de las compañías independientes", admite Chornet, que confiesa que les ha resultado "súper fácil" elaborar esta adaptación de la que sería la Yerma del siglo XXI. Una Yerma en chándal.

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